Belén Nava | 20-01-2017
La ciudad de Valencia celebra la solemnidad de san Vicente Mártir, patrón de la archidiócesis valentina y de la propia capital valenciana, con diversos actos litúrgicos. Con ellos se recuerda al primer mártir valenciano cuya advocación en Valencia es anterior a la dominación musulmana. Tras su figura, muchos han sido los hombres y mujeres valencianos que murieron por no querer esconder a Dios, sino que con su propia vida lo hicieron presente. El último de ellos será el joven Rafael Lluch Garín a la espera de ser beatificado tras la firma, el pasado mes por el papa Francisco del decreto de martirio de la causa instruida por la diócesis de Valencia de los Siervos de Dios Vicente Queralt y 20 compañeros de la Familia Vicenciana, entre los que se encuentra Rafael.
Era un joven apuesto. De carácter enérgico y exigente para consigo mismo pero jovial y amigo de todos. Paciente y caritativo. Rafael Lluch Garín tenía toda la vida por delante y un brillante futuro. Trabajador y estudioso. Pero ante todo, fiel a su fe cristiana que con tanto tesón le habían inculcado sus padres.
Un 18 de febrero de 1917 venía al mundo el sexto y último hijo del matrimonio formado por José, catedrático de análisis matemático y María.
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