Carmen, la niña valenciana que tras ser desahuciada sanó en un milagro reconocido por la Iglesia, acude con su familia a rezar a sus intercesores, los padres de santa Teresita, ya santos, ante sus reliquias que exhibe desde ahora para su veneración el convento de San José y santa Teresa, en Serra.
L.A. | 12-07-2017
Han pasado 8 años desde que los médicos nada más nacer Carmen prematuramente, después de un embarazo muy difícil de su madre, la desahuciaron por las múltiples patologías que sufrió, entre ellas, una doble septicemia y una hemorragia cerebral intraventricular izquierda grado IV.
Ahora, la pequeña, completamente restablecida y sin secuela alguna tras este milagro reconocido por la Iglesia, que propició la canonización del matrimonio francés que intercedió por ella -los padres de Santa Teresita del Niño Jesús- , acaba de tomar su primera Comunión, cursa sus estudios con total normalidad, brilla en Educación Física, ballet y teatro y le encanta el tiro con arco. Sus padres siguen tan emocionados como el primer día con su recuperación: “Le digo a ella -nos cuenta su madre- que es un auténtico regalito del cielo y me responde siempre: ‘todos los niños son regalitos del cielo para sus papás’”.
El pasado domingo acudió Carmen, con su hermano, sus padres y abuelos, al convento de las Carmelitas en Serra que tanto tuvieron que ver en ese milagro, a dar gracias a Dios ante las reliquias por primera vez expuestas públicamente, de sus intercesores.
La niña es la delicia de su familia pero también de las monjas carmelitas de Serra, las mismas que aconsejaron a sus padres cuando sólo cabía esperar un fatal desenlace para ella, que se encomendaran a este matrimonio francés, Louis Martin (1823-1894) y Zélie Guerin (1831-1877), canonizados en octubre de 2015 por el papa Francisco después de que la Iglesia reconociera este segundo milagro atribuido a su intercesión -el primero fue con un niño en Brasil-.
Había nacido Carmen prematuramente en Valencia el 15 de octubre de 2008, fiesta de Santa Teresa. Pero a las pocas horas sufrió un empeoramiento repentino y una gravísima hemorragia cerebral. Ante la resignada confirmación de los médicos de que no podían hacer más por ella, su padre buscó a la desesperada por internet el convento más cercano dedicado a la Santa de Avila, y encontró el de San José y Santa Teresa, en plena Sierra Calderona, en el término de Serra. Era domingo por la noche y no se lo pensó dos veces. Allí se marchó en una angustiosa búsqueda, nunca antes había estado allí, para pedir a las monjas que invocaran a Santa Teresa para salvar a su hija. Las religiosas, superado el susto inicial, propusieron una cadena de oración, pero en lugar de a la santa andariega, le alentaron a pedir la ayuda divina a través de unos esposos franceses, desconocidos para él, pero que acababan entonces de ser beatificados. Eran los padres de Santa Teresita de Liseiux, Luis y Zelie Martin, cuya causa promovida por la orden carmelitana estaba a la espera de que la Iglesia reconociera un segundo milagro, preceptivo para la canonización.
Y así fue, todos comenzarona a rogar la intercesión a este matrimonio francés y la niña sanó de forma absolutamente inexplicable, como certificaron por escrito los médicos que la atendieron, y se abrió de inmediato la causa de canonización tras pasar de nuevo rigurosos exámenes.
Este pasado fin de semana, acudió Carmen con su familia al monasterio de Serra para asistir a la bendición del relicario con las reliquias de los padres de Santa Teresita por el postulador general de la orden de Carmelitas descalzas, Romano Gabalunga, llegado expresamente desde Roma.
Las reliquias -aseguró en la misa que presidió antes- “son más que restos mortales de Louise y Zelie, porque que sabemos por la Iglesia que están en comunión con Dios y actúan con Él para distribuir gracias. Las reliquias son signo físico de la relación que tenemos todos en la fe, entre cielo y tierra, son signo de la fe en la resurrección de la carne”.
Además, en este caso, para los carmelitas que han impulsado esta causa, “es una honra, es la primera canonización de un matrimonio, dos grandes santos, y es una inspiración para todos nosotros para entregarnos más a Dios”.
12 de julio, fiesta de boda
Santa Teresita de Lisieux escribió una vez:”Dios me ha dado un padre y una madre más dignos del cielo que de la tierra”(Carta 261).
La Iglesia celebra desde el pasado año la fiesta de los padres de Santa Teresita de Lisieux el 12 de julio, fecha establecida porque fue el día en que los santos contrajeron matrimonio.
En efecto Louis Martin y Zélie Guerin, canonizados en octubre de 2015 por el papa Francisco después de que la Iglesia reconociera el segundo milagro atribuido a la intercesión de este matrimonio en la pequeña Carmen, habían contraído matrimonio el 12 de julio de 1858.