Eva Alcayde | 16-04-2015
Alegría por el encuentro, abrazos, lágrimas y mucha emoción desbordada es lo que se vivió el pasado lunes en el aeropuerto de Manises, a la llegada de los 180 peregrinos valencianos que ha participado en la peregrinación diocesana a Tierra Santa, encabezada por el cardenal arzobispo Antonio Cañizares .
Durante ocho días los peregrinos han recorrido un itinerario siguiendo los pasos de Jesús y visitando los lugares a los que hacen referencia los textos bíblicos.
En Jerusalén los peregrinos han visitado la capilla Dominus flevit, ubicada sobre el Monte de los Olivos, donde se recuerda el llanto de Jesús, el recinto del Pater Noster y la Basílica Eleona, en cuyo interior se hallan las placas con la oración del Padre Nuestro en más de 100 lenguas, el huerto de Getsemaní, con sus ocho olivos milenarios y la Basílica de la Agonía
También han podido visitar el Cenáculo, escenario de la Última Cena, realizar un Vía Crucis por la Vía Dolorosa, recordando la pasión de Cristo y orar ante el Santo Sepulcro, y el Calvario.
En la Iglesia de San Salvador, sede de la custodia de Tierra Santa de los Franciscanos y considerada una prolongación del santo Cenáculo, el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares entregó una réplica del Santo Cáliz que se venera en la Catedral de Valencia al Custodio de los Santos Lugares, Pierbattista Pizzaballa, que se mostró muy agradecido por la generosidad de la diócesis de Valencia.
En Ein Karen los peregrinos visitaron la Iglesia de San Juan Bautista y el Santuario de la Visitación. Y en Qumran, las ruinas del monasterio, donde fueron encontrados los famosos manuscritos de Qumran, que contenían textos originales del Antiguo Testamento.
Una jornada especialmente emotiva fue la visita a Belén, donde se encuentra la Basílica de la Natividad y la gruta del nacimiento de Jesús.
También la peregrinación diocesana visitó Jericó, la ciudad más antigua del mundo, Caná de Galilea, donde tuvo lugar el primer milagro de Jesús, Tabgha, donde se produjo el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, Cafarnaum, lugar donde Jesús vivió y predicó, la Casa de Pedro, y el monte de las Bienaventuranzas, escenario del famoso Sermón de la Montaña.
En Nazaret los peregrinos visitaron la Basílica y la gruta de la Anunciación, lugar también de la encarnación, la iglesia de San José y la conocida Fuente de la Virgen.
En el Monte Tabor visitaron la iglesia de la Transfiguración, una de las más bonitas de Tierra Santa y las capillas dedicadas a Moisés y Elías.
También los peregrinos visitaron Monte Carmelo, en Haifa, tercera ciudad de Israel. Allí, en la iglesia Stella Maris, descubrieron la Gruta de Elías, donde la tradición sitúa la escuela de los profetas, donde enseño Elías.
Como colofón de la peregrinación diocesana, los valencianos vivieron con gran intensidad la experiencia de navegar en barco por el mar de Galilea o Lago Tiberiades, el mismo en el que estuvo Jesús.