BELÉN NAVA | 22-11-2019
El órgano ya restaurado. (FOTOS: FRÉDÉRIC DESMOTTES )
Construido entre en el último tercio del siglo XVIII, el órgano barroco que alberga la iglesia castrense de la Capitanía de Valencia volverá a sonar como entonces y a deleitar a los valencianos con su majestuosa sonoridad tras una ardua y minuciosa restauración. Hasta hace unos meses, este órgano, con la estética típica de la escuela valenciana, presentaba graves problemas de funcionamiento, reduciendo su capacidad sonora a la mínima expresión. Su reconstrucción permite, ahora, recuperar una parte importante del patrimonio artístico, musical y cultural de Valencia.
Y para celebrar el término de esta última restauración, se celebrará, este sábado 23 de noviembre a las 19:30h., un concierto extraordinario para dar a conocer su instrumento a todos los valencianos amantes de la música. El recital será ofrecido por el Cabanilles Consort, grupo valenciano formado por instrumentistas y cantantes especializados en la interpretación históricamente informada, bajo la dirección del organista de la catedral de Valencia, Pablo Márquez.
“En la primera parte de este concierto se podrá escuchar algunas de las piezas más conocidas del repertorio orgánico español, entre las que no podía faltar la figura del organista valenciano Joan Cabanilles, junto con el acompañamiento de instrumentos de percusión”, explica el propio Pablo Márquez. La segunda parte del concierto está dedicada al gran compositor alemán G. F. Haendel, de quién se podrá escuchar el concierto en Sib Mayor para órgano y orquesta Op.4-2, con la organista Atsuko Takano como solista, una trio sonata, algunos fragmentos del Water Music y el Salve Regina junto con la soprano Carmina Sánchez.
“De esta manera, el público podrá gozar de las diferentes vertientes que el órgano puede tener: como solista y como instrumento acompañante”, remarca el organista.
Un día antes de este acontecimiento, el día 22 de noviembre, con motivo de la fiesta de Santa Cecilia, se realizará la bendición del instrumento y una misa en honor a la patrona de los músicos. En este antiguo ritual de bendición, el órgano irá respondiendo a una serie de invocaciones en las que se le insta a despertarse de su letargo. En ambas celebraciones litúrgicas se contará con la participación especial de la Unidad de Música Militar del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad (CGTAD), bajo la dirección del capitán Armando Bernabeu Lorenzo.
Joya del barroco
El órgano que alberga la iglesia del antiguo convento de los Dominicos, hoy conocida por todos como la iglesia castrense de Capitanía, es una de esas pocas joyas del barroco que se nos ha legado hasta nuestros días para el disfrute de los sentidos. “Se trata de uno de los dos instrumentos pertenecientes al siglo XVIII que se han conservado con todas las características típicas de la factura barroca valenciana hasta nuestros días”, explica el organista Pablo Márquez. El otro instrumento histórico se halla en la capilla del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia, “a la espera de encontrar la financiación necesaria para poder restaurarlo y rescatarlo de su fatigado estado de conservación”.
Del siglo XVIII
El órgano de Capitanía fue construido en el último tercio del siglo XVIII probablemente por Fermín Userralde, organero proveniente de una larga tradición de constructores de órganos, como Nicolás Salanova o Martín Userralde. Estos dos constructores, junto a Tomás Grañena, fundaron a principios del siglo XVIII uno de los primeros talleres o factorías de órganos en España, siguiendo un modelo típicamente gremial. A partir de este momento, se comenzarían a desarrollar instrumentos con un estilo mucho más personal y autóctono, que se propagarían a lo largo y ancho de todo el Reino de Valencia.
El órgano de Capitanía, perteneciente a esta tradición, cuenta con dos teclados, 28 registros partidos, 8 contras para tocar con los pies y una completa batería de juegos de trompeta que se reparten entre el interior instrumento y la fachada, colocados de forma horizontal o “en batalla”.
Más de 6000 horas de trabajo
Después de más de 6000 horas de trabajo artesanal y un estudio documental previo que se ha desa­rrollado durante casi cuatro años, el taller de or­ganería Frédéric Desmottes SL, instalado en Lan­dete (Cuenca), ha recuperado todo el esplendor que este órgano tuvo en su día, encargándose de su reconstrucción y de devolverlo a su estado ori­ginal.