Eva Alcayde | 15-07-2016
El amor al prójimo induce a practicar la misericordia con todos, especialmente con los que están necesitados de ella. Así lo entienden las familias católicas que acogen en su casa, y como a un hijo propio, a niños desamparados y tutelados por por la Administración.
En la Comunidad Valenciana hay casi 4.000 niños menores tutelados por la Generalitat. Son niños que por unos motivos u otros han sido apartados de sus familias biológicas con el objetivo de garantizar su protección y permitirles un desarrollo adecuado. Son casos de abandono, abusos sexuales de sus progenitores, padres toxicómanos, maltrato, hijos de reclusos con largas condenas, falta de cuidado…
Una vez que la Generalitat asume la tutela de estos niños, la guarda del menor puede otorgarse a un centro de acogida o a una familia educadora.
Según los expertos, lo más conveniente y lo recomendable para los menores es el acogimiento familiar, ya que “para el niño es más sencillo asimilar su nueva situación si los papeles de papá y mamá son asumidos a tiempo completo por figuras equivalentes como su papá o mamá de acogida”.
Hacen falta familias acogedoras
Administración, técnicos, psicólogos, Asuntos Sociales… todos coinciden en que lo mejor para los menores es crecer en un ambiente familiar, rodeados de amor y cariño. Ahora bien, ¿hay familias dispuestas a acoger en sus casa a menores con pasados problemáticos? La respuesta es que sí. Pero hacen falta más.
La Plataforma para la defensa del Acogimiento Familiar de la Comunidad Valenciana (PDAFCV) nació en enero del 2015 ante la necesidad de mejorar el recurso del Acogimiento Familiar en la Comunitat.
Según los datos de la plataforma, de los 4.000 menores tutelados por la Administración autonómica, 1.005 residen en centros de protección y el resto, en familias de acogida -familias que voluntariamente se ofrecen para cuidarlos en su casa (550)- o en familias extensas, que son tíos, abuelos y otros miembros de la familia biológica del menor que se hacen cargo de su cuidado. En la Comunitat 2.300 menores viven con sus familias extensas.
Presente difícil, futuro esperanzador
“El sistema de protección necesita una profunda reforma para adecuarlo y adaptarlo a las verdaderas necesidades de los menores” señalan desde la plataforma, que reivindica que “se invierta eficazmente, en dinero y en personal, para el cuidado de las familias de acogida y la promoción de este recurso”.
Estos niños tienen nombres y una mochila, con un pasado, cargada de experiencias negativas “Nuestros niños tienen un presente complicado, pero esperemos que un futuro lleno de esperanza gracias a la solidaridad de las familias”, aseguran desde la PDAFCV.
Así que si tu familia tiene vocación de ayudar al prójimo, buen clima de convivencia, todos estáis de acuerdo y contáis con personas que os puedan ayudar en caso necesario, sois buenos aspirantes para el acogimiento familiar de estos niños desamparados.

Lea el reportaje íntegro en la edición impresa de PARAULA con el testimonio de la familia Zurano-Romero y de la familia Guzmán Atienza