Olbier Hernández, director del Secretariado Diocesano de Inmigrantes y Refugiados.
Eva Alcayde | 11-09-2015
Olbier Hernández es el sacerdote responsable del nuevo Secretariado Diocesano de Inmigrantes y Refugiados, entidad creada el pasado mes de julio y que sustituye al Programa de Inmigrantes y Refugiados que funcionaba hasta ahora a través de Cáritas Diocesana. De origen cubano, está incardinado en la diócesis de Valencia desde hace 5 años y además está al cargo de la parroquia San Miguel de Soternes, de Mislata.
-¿Pese a la reciente creación del Secretariado Diocesano de Inmigrantes y Refugiados, la labor es la misma que se venía desarrollado hasta ahora?
-Sí. El Programa de Inmigrantes se ha sustituido por el Secretariado Diocesano de Inmigrantes y Refugiados, que es como está organizado en la Conferencia episcopal y en otras diócesis españolas, pero la labor es la misma y seguimos trabajando en colaboración con Cáritas Diocesana de Valencia.
-¿Cómo valora la crisis migratoria que está viviendo Europa?
-Como un episodio triste y un drama terrible, que marcará la historia de principios de este siglo, y definirá la configuración de lo que será el mundo y especialmente Europa en el futuro no muy lejano. Pero también como una oportunidad para redescubrir nuestro humanismo cristiano. Sí, redescubrir aquello que está en la esencia de lo que hoy llamamos Europa.
– Ante esta catástrofe, el Arzobispado de Valencia ha respondido acogiendo familias en viviendas, ¿cuántas hay ahora acogidas?
-Hemos acogido a cinco familias, procedentes de Siria e Irak. Nuestro Arzobispo, ha puesto un interés muy especial desde que llegó a Valencia en los cristianos venidos de aquella Iglesia perseguida y en las personas que sufren la condición de refugiados.
-¿Cómo se puede colaborar con las familias refugiadas?
-De muchas maneras, ofreciendo pisos vacíos, donativos, comida o ropa de vestir. Pero antes debemos tener en cuenta que un refugiado es una persona que, entra al país bajo la tutela y la protección del Estado, es a este a quien corresponde en primer lugar la acogida, la identificación y la tramitación de su solicitud de refugio. Es decir, nadie puede recibir a un refugiado en su casa, sino pasa antes por los mecanismos que el Estado tiene concebidos para este fin.
-¿Qué debe hacer un feligrés que quiere ofrecer su ayuda?
-De momento estamos trabajando para conocer la disponibilidad de viviendas y ver los medios materiales y humanos con los que contamos. A día de hoy, la estructura mejor organizada que tenemos para esta emergencia es Caritas, ya que está presente en todas las parroquias. Por lo que si alguien dispone de un piso que pueda ceder por un tiempo, debe dirigirse a su párroco y ofrecerlo. Si en su parroquia finalmente es acogida alguna familia, puede colaborar allí económicamente o con las necesidades que se presenten.