EVA ALCAYDE | 01.07.2021
La adicción sigue siendo un problema grave, aunque preocupe poco a la sociedad y a los políticos. Así se ha puesto de manifiesto en la presentación de la memoria anual de la Fundación Arzobispo Miguel Roca – Proyecto Hombre, que refleja que en 2020 acompañó a un total de 1.370 personas que necesitaron atención y asesoramiento.

A pesar a de las restricciones por la pandemia, la demanda de tratamiento se ha mantenido estable, con una ocupación del 100% en todos los centros de Proyecto Hombre, que incluso tienen lista de espera en algunos programas.

Durante el 2020, iniciaron tratamiento un total de 833 personas y 907 familiares en los Centros de Día de Valencia, Gandia y Ontinyent, en el Área de Prevención, las Comunidades Terapéuticas de València y la Comunidad Terapéutica Intrapenitenciaria, situada en el Módulo I del Establecimiento Penitenciario “Antonio Asunción” de Picassent.

Cocaína y alcohol, lo más consumido
En cuanto a las sustancias la cocaína sigue siendo la más consumida (40%) pero también está muy presente el alcohol (24% combinado con la cocaína y 20% solo alcohol). Le siguen cannabis (5%) y heroina (5%).

“El alcohol es una droga legal, barata y accesible, que genera una problemática muy grande en las familias. El cannnabis presenta una baja percepción de riesgo, que lleva a unas tasas de consumo mayores”, ha explicado el director de Proyecto Hombre Valencia, Vicent Andrés, que también ha matizado que el consumo de heroína se ha estabilizado y no está demasiado extendido.

Por contra, el uso de las benzodiacepinas (ansiolíticos e hipnosedantes) suele estar presente en la mayoría de las adicciones, aunque no se perciba como peligroso. También se han empezado a detectar problemáticas de ludopatías.

Más dificultad para las mujeres
Respecto al perfil de los usuarios, se mantiene similar al de otros años. En adultos, hombre de origen español, de 40 años, consumidor de cocaína, soltero y en paro. En jóvenes, el perfil mayoritario es el de hombre español, de 19 años, consumidor de cannabis, soltero y estudiando.

Las mujeres continúan teniendo mayores dificultades para acceder al tratamiento, y representan solo el 19% del total de personas atendidas. Ellas llegan más tarde al tratamiento, con una edad media de 42 años, y con más condicionantes.

Por ello, Proyecto Hombre considera necesario “introducir medidas que faciliten el acceso de las mujeres a tratamiento y su adherencia al mismo”.

Preocupan los jóvenes
Según la memoria de Proyecto Hombre, se aprecia un aumento considerable y preocupante en el número de personas asistidas a causa de adicciones comportamentales, es decir, a las tecnologías (TIC) como móvil, internet, redes sociales, juegos en línea, videojuegos, etc.

Respecto al 2019, se ha incrementado del 8% al 13% el uso abusivo de las TIC, así como el aumento de los juegos de azar online y acceso a contenidos pornográficos a edades muy tempranas.

Este aumento la entidad lo atribuye a los problemas derivados del mal uso de las TIC durante los meses del confinamiento. Proyecto Hombre también ha detectado una falta de alternativas de ocio y tiempo libre saludables la falta de relaciones sociales presenciales, potenciadas por la falta de presencialidad en las aulas.

“El perfil de exclusión social ha desaparecido, la adicción no diferencia de clases y nos llegan perfiles de todo tipo y con cualificación e incluso de personas que están trabajando”, ha señala Vicent Andrés, que ha apuntado que la pandemia también ha afectado a la intervención en el ámbito laboral.

Durante la rueda de prensa de presentación de la memoria anual de Proyecto Hombre tambiés se ha hecho hincapié en la coexistencia del diagnóstico dual (drogodependencia y psicopatología psiquiátrica) en muchas de las personas atendidas.

Participantes
El presidente de la Fundación Arzobispo Miguel Roca, Ignacio Grande, ha señalado en la rueda de prensa de presentación de la memoria que, además de atender a las personas con adicción, Proyecto Hombre tiene la misión de sensibilizar a la sociedad y ha recordado los orígenes de la fundación canónica, creada en los 80.

También ha mostrado preocupación por “la ausencia generalizada de la percepción de riesgo de ciertas sustancias, como el cannabis o el alcohol, y la tendencia a entender la problemática de la drogadicción desde una dimensión biológica y sanitaria, cuando en realidad afecta a todas las dimensiones de la persona, psicológica, familiar, social, educativa y laboral”.

Además ha realizado un llamamiento a las instituciones públicas para que sigan apoyando labor de Proyecto Hombre y que “la colaboración publico-privada se realice no solo desde la financiación, sino también desde el dialogo”.

Por su parte, el obispo auxiliar Arturo Ros ha mostrado su “gratitud por el trabajo inmenso que se hace en esta casa todos los días”, una labor que ha calificado de “compleja, variada e innovadora”.

También ha subrayado que Proyecto Hombre aplica “la misma esencia de Caritas, que es acoger y acompañar, una tarea liberadora y muy evangélica” y ha citado el punto Nº55 de tercera encíclica del Papa Francisco Fratelli Tutti.