(De izda a derecha): Cecilia Pilar Gracia, presidenta nacional; Ana Ruiz Ruiz, delegada de Valencia y José Domenech, consiliario de Manos Unidas Valencia (firma: A. Saiz)

❐ CARLOS ALBIACH | 17.11.2022
“La brecha de la desigualdad sigue creciendo, y mientras aumenta la riqueza de una minoría afortunada, aumenta la pobreza de una mayoría que no puede aspirar a una vida diga”, esta es una de las denuncias que se escucharon en la Asamblea Diocesana de Manos Unidas Valencia. La cifra de la vergüenza es que 828 millones de personas pasan hambre, una “iniquidad que clama al cielo”, acentuó Ana Ruiz, delegada de Valencia.

La presidenta nacional, Cecilia Pilar Gracia, voluntaria desde 2010 expresó su agradecimiento a los voluntarios de Manos Unidas Valencia: “no piden nada, y hacen un gran trabajo para que lleguemos a la cifra de unos 500 proyectos al año”.
Por su parte, el consiliario José Doménech invitó a reflexionar sobre el lema de la campaña actual ‘Nuestra indiferencia los condena al olvido’: “el mayor daño del olvido nos afecta a nosotros mismos, porque nos condena más que a ellos; es decir, que la indiferencia a los necesitados nos condena”.

También mostró su reconocimiento a los más de 100 voluntarios que acudieron a la Asamblea “ninguna ayuda es insignificante ni pasa de- sapercibida a los ojos de Dios, tal y como podemos leer en el ejemplo de la Biblia sobre el modesto óbolo de la viuda”. Doménech hizo hincapié en el peligro de caer en la tibieza “ni el mal ni el bien pueden dejarnos indiferentes” señaló.

Manos Unidas, recordó Ana Ruiz, se centra en la vida de los más vulnerables para que tengan las mismas oportunidades y recalcó que para nuestra organización “nadie queda descartado por su origen étnico, su raza, su género, su discapacidad o cualquier otro motivo”. Los miles de voluntarios que sacan adelante el trabajo de Manos Unidas dan lo mejor de sí mismos por amor al prójimo, sea quien sea, y sea como sea, esa es la grandeza de todos los que solidariamente dan su tiempo y sus donativos a Manos Unidas.

‘Frenar la desigualdad está en tus manos’ es el lema que acompañará a Manos Unidas en la próxima campaña, que arranca en febrero. “Quiere convencernos de que la solución está en cada uno de nosotros y que la doctrina social de la Iglesia y el Evangelio deben estar presentes en nuestra vida y en nuestros actos”, señaló Ana Ruiz. La próxima campaña se centrará en algunas de las brechas de la desigualdad: trabajo precario y mal pagado, falta de acceso a la sanidad y a la educación y feminización de la pobreza, ya que ellas son las más pobres y peor alimentadas.

Resultados económicos
El tesorero, Eladio Seco, informó de los resultados económicos de 2021, año en el que se alcanzó la cifra de 2.106.245 €, después de varios ejercicios en que se quedó por debajo de los dos millones. Socios y donantes fue la partida más grande con un total de 960.997€ y fue también la que más se incrementó respecto a 2020. A continuación se encuentran los ingresos procedentes de parroquias y entidades religiosas que supusieron 468.562 €. No obstante, la que más creció fue herencias y legados.

Respecto a 2022, hasta el mes de septiembre, las cifras han superado el mismo periodo del año anterior por lo que cabe ser optimistas en los resultados que se obtendrán a final de año. Así ha funcionado Manos Unidas Valencia en 2021.
Se destacó la recuperación de las actividades de sensibilización tras la pandemia, entre ellas, los talleres de Robótica y el Festival de Clipmetrajes.

“No solo es dar, sino darse”

La indiferencia o el mirar para otro lado ante las desigualdades es el tema sobre el que invitó a reflexionar Agustín Domingo Moratalla, catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universidad de Valencia.

“En la sociedad globalizada existe un estilo elegante de mirar para otro lado que se practica recurrentemente: bajo el ropaje de lo políticamente correcto o las modas ideológicas, se mira al que sufre sin tocarlo, se le televisa en directo, incluso se adopta un discurso en apariencia tolerante y repleto de eufemismos”, señaló.

“Es verdaderamente escandaloso que a pesar de la evolución de la tecnología y de lo que se mueve el dinero, haya aumentado el número de personas en situación de pobreza”, denunció.

El profesor hizo suyas las palabras del papa Francisco sobre las dudas en la aplicación de la Agenda 2030 “es un importante signo de esperanza, pero se corre el peligro de caer en un nominalismo declaracionista; esto es, apaciguar las conciencias con declaraciones solemnes y agradables en lugar de hacer efectiva la lucha”.

“El tan hablado desarrollo sostenible debe caminar paralelo al desarrollo humano integral”, según ha indicado el profesor Moratalla quien encuentra la ética cristiana identificada con fuerza en este argumento que atañe a tantos seguidores y simpatizantes de la Agenda 2030.

Los proyectos de Manos Unidas que promueven el desarrollo en los países empobrecidos son un trabajo realista del pacto social que defiende la Agenda 2030, y que está levantado por los voluntarios que se entregan con una “chispa de locura” a trabajar por personas que ni siquiera conocen. Esa es la grandeza añadida de quienes dan su tiempo y sus donativos para personas a las que ni siquiera pueden ver. “No es solo dar, sino darse por completó”, remarcó.