Don Antonio participa en las asambleas parroquiales. Foto: Alberto Sáiz
L.B. | 17-12-2014
Las localidades de Titaguas, Alpuente, Aras de los Olmos y sus aldeas han sido el centro de la visita pastoral del arzobispo de Valencia, el cardenal Cañizares, a la comarca de Los Serranos.
El pasado viernes 12, el purpurado visitó El Collado, aldea de Alpuente de 90 habitantes. Por la mañana en la parroquia de San Miguel participó en la asamblea parroquial. Allí explicó qué es la visita pastoral y cuáles son sus objetivos. Igualmente, ofreció a los vecinos unas directrices sobre cómo vivir la fe en una comunidad tan pequeña. “Como son mayores y han trabajado mucho, les dijo que ahora les toca descansar y pueden dedicar su tiempo a rezar por las vocaciones. También les animó a rezar el Rosario en familia y a leer el Evangelio cada día y reflexionar sobre el mismo”, explica el párroco, Antonio Polo. En la misma reunión, los vecinos transmitieron a don Antonio sus inquietudes, manifestándole su temor “a que les quiten el sacerdote”.
Tras disfrutar de un almuerzo con el embutido típico de la serranía, el Arzobispo acudió Losilla, aldea de Aras de los Olmos, donde fue recibido por los 25 vecinos de la localidad. Todos ellos salieron en procesión desde la iglesia hacia el cementerio, rezando el Rosario. En el camposanto rezaron un responso por todos los difuntos y “don Antonio preguntó por un compañero suyo del Seminario que era natural de esta población”, indica Antonio Polo.
El Cardenal concluyó la jornada en Aras de los Olmos donde visitó el Ayuntamiento. El alcalde rememoró la visita pastoral que en su día realizó santo Tomás de Villanueva a esta misma zona y el Cardenal firmó en el Libro de Honor. En el ‘Hogar de Aras’, asociación que promueve la cultura típica de la zona, le obsequiaron con un DVD con los bailes típicos y una insignia.
Por último, el purpurado participó en la asamblea parroquial y presidió la eucaristía que fue concelebrada por todos los sacerdotes del arciprestazgo.
Con el vecino más mayor
La visita pastoral continuó el domingo 14 en Titaguas. Tras comer con los sacerdotes, el purpurado acudió a casa del vecino más mayor de la población, Rafael Ayó, de 96 años. Con él y su familia estuvo conversando “con mucha ternura y afecto”. Al recibir la comunión de manos de don Antonio, Rafael, emocionado, repetía “¿quién soy yo para que venga el Arzobispo a mi casa?”.
En la parroquia de El Salvador, y, tras compartir un ágape en el centro social con cerca de un centenar de personas, el purpurado se reunió con los niños de catequesis de Primera Comunión y jóvenes de Confirmación, para concluir con la celebración de la misa dominical.
El párroco, Antonio Polo, destaca que los vecinos “responde muy bien” a esta visita ya que “les gusta que el pastor esté entre ellos”. Y subraya que está suponiendo una “especie de impulso” y está “animando a algunos vecinos a acercarse a la iglesia después de bastante tiempo”.
Señala también que al Arzobispo “se le nota disfrutar de estar con su pueblo y que puedan manifestarle lo que quieren y necesitan”.
Carta de don Antonio a los Reyes Magos: «una profesora de Religión para Titaguas»
Ocurrió en el instituto de Titaguas, con niños de 10 años. Entra don Antonio y conversa animadamente con ellos de “todo lo que pasó en Belén”.
– Veo que lo sabéis.
– Pero ¿sabes? -le espeta una niña- hubiéramos sabido mucho más si tuviéramos profesora de Religión.
– ¡Me alegro mucho de que digas eso, maja!
– ¡Eso! -dice otro niño-. Es que no tenemos ya este trimestre.
– Te felicito porque has sido valiente y lo has dicho. ¿Pero queréis Religión?
– Siii
– Pues escribid a los Reyes Magos. ¿Sabéis? Yo les escribiré también: para que Titaguas tenga profesora de Religión en enero.
Al salir, el cardenal ya pensaba hablar con la Generalitat.