Una vecina de la localidad valenciana de Caudete de las Fuentes, María José Solaz Viana, afectada desde los 9 años por una ataxia degenerativa que le produce desde hace más de una década una discapacidad del cien por cien, reza todos los días dos horas a solas en su parroquia para pedir a Dios, entre otras cosas, “poder llevar la cruz de las personas que sufren y piden que rece por ellas”.
De ese modo, “me ofrezco al Señor” para que remitan “sus males” o, “al menos, para que encuentren alivio”, explica María José, que vive en Caudete junto con sus padres.
La ayuda de su familia y su fe han hecho posible que María José pueda aceptar su enfermedad y ser feliz.