MªJosé Cervera | 12-04-2012
Los religiosos dominicos, integrantes del Instituto Histórico de la provincia dominicana de la antigua Corona de Aragón, han concluido la transcripción latina y traducción al castellano del manuscrito conservado en Valencia del proceso de canonización de San Vicente Ferrer (Valencia, 1350- Vannes, Francia, 1419).
De esta manera, finaliza el estudio y trabajo después de ocho años, tras iniciarse en 2004 con la concesión de una beca ofrecida por el Ayuntamiento de Valencia a través de Junta Central Vicentina.
Próximamente, toda la documentación con la transcripción y traducción completa será entregada a la Junta Central Vicentina con el fin de que, “como es habitual, remita el material al Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento de Valencia”, tal y como indica uno de los religiosos investigadores, Alfonso Esponera, máximo responsable del volumen.
La transcripción y traducción de este manuscrito, copia realizada a pluma en el siglo XVI del conservado en Palermo -que es a su vez copia del original que se conservaba en Roma-, ha contado en este tiempo con el estudio y dedicación de un total de cinco dominicos.
En la actualidad, el proceso de canonización de San Vicente Ferrer, que incluye testimonios y documentos notariales, se conserva, además de en la Universitat de València, en otros dos manuscritos, escritos también en latín, que se guardan en la Catedral de la ciudad francesa de Vannes y en Palermo.
Así, el 29 de junio de 1455 cuando fue canonizado San Vicente Ferrer, el papa Calixto III mandó que las actas del proceso se guardasen en Roma. En 1527 desaparecen de allí, pero había una copia en Palermo. En 1572 se copia para Valencia; en 1577 se hace de él una copia para San Luis Bertrán y en 1590 se hace otra copia para el padre Vicente Justiniano Antist, que es el manuscrito conservado hoy en Valencia. Desde entonces fue guardado por los dominicos hasta que con la desamortización de Mendizábal en 1836 pasó a propiedad de la Universitat.
El manuscrito de Valencia, “texto íntegro del proceso de canonización de San Vicente Ferrer”, recoge la “vida cotidiana y predicaciones del santo en sus dos últimas décadas de vida”.
Obra original
Cuenta con 308 ‘hojas útiles’, “con letra humanística cursiva, y la gran mayoría escritas por ambas caras -unas 39 líneas en cada una- y en la mayoría de ocasiones sin puntos y aparte y con las abundantes abreviaturas habituales”, según Esponera. Tiene notas al margen de otra mano, “con toda probabilidad del mismo Antist”.
Igualmente, entre otras peculiaridades, Alfonso Esponera apunta que “parece más que copiado, dictado; sin mucho conocimiento del latín pues hay malas concordancias, o grafías que responden a la fonética, aunque quizá se deba a la copia tan exacta del original”, ha explicado.
Asimismo, el manuscrito está redactado en un latín bajomedieval, con expresiones arcaicas y neologismos de las nacientes lenguas romances. Además, “tiene algunos problemas en su paginación y contenidos, habiendo algunos párrafos que no están, o presentando huecos entre algunas palabras”.
Según el primer biógrafo del santo, Pedro Ranzano, en el proceso se relatan 860 milagros, pero otros expertos hablan de más de 870.
Traducción al castellano
La próxima edición de los trabajos incluirá la transcripción del latín y un libro con la traducción al castellano “que ha sido la parte más complicada y extensa de realizar” ya que “los términos en latín eran legibles” pero el contenido “muy técnico con abundantes documentos notariales”, ha añadido. Desde que comenzaron los trabajos en 2004, se ha empleado material estudiado por el dominico Adolfo Robles y han intervenido también los religiosos Vicente Forcada, Sebastián Fuster, Argimiro Velasco y Alfonso Esponera.
El Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento de Valencia presentó en 2007 un libro sobre el proceso de canonización de San Vicente Ferrer que incluyó las declaraciones, traducidas al castellano, de un total de 378 testigos, entre ellos el rey Alfonso V el Magnánimo.
San Vicente Ferrer fue canonizado el 29 de junio de 1455 por el papa Calixto III, también valenciano, quien siendo niño, y cuando se llamaba Alfonso de Borja, conoció al santo valenciano y escuchó de él, incluso, la profecía en la que le predijo que alcanzaría el papado y luego le canonizaría.
La obra, de 442 páginas, lleva por título “Proceso de canonización de San Vicente Ferrer. Declaraciones de los testigos”. En ella se recogen en una versión popular, los testimonios que se obtuvieron en el proceso de canonización, en tres lugares: Vannes, en 1453, Toulouse en 1454 y Nápoles, también 1454 y que contienen, respectivamente, 313, 42 y 23 testimonios, según el religioso dominico Alfonso Esponera, director, también, de la Colección editorial del Ayuntamiento sobre San Vicente Ferrer, a la que pertenece la obra.