E.A. | 15-01-2015
Bajo el lema ‘Iglesia sin fronteras, Madre de todos’, este domingo, día 18, se celebra en toda la Iglesia la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado.
Además de los diferentes encuentros entre inmigrantes y españoles que organicen las parroquias de la diócesis de Valencia, está previsto que el domingo día 18, se celebre esta jornada de manera conjunta con una eucaristía que presidirá el cardenal Cañizares en la iglesia de Santa Catalina a partir de las 18:30 horas, y que contará con la participación de diferentes grupos de inmigrantes.
La celebración contará con la tradicional procesión de entrada con las banderas de los países de procedencia de los inmigrantes acogidos en Valencia. Actualmente los más numerosos en la diócesis son los grupos de chinos, filipinos y nigerianos, según ha indicado a PARAULA el sacerdote Olbiel Hernández Carbonell, director del Programa Diocesano de Pastoral con Inmigrantes.
Además, según ha adelantado el propio sacerdote, durante el ofertorio se entregará entre otras ofrendas, un crucifijo envuelto en una alambrada para simbolizar la situación que viven los inmigrantes subsaharianos que tratan de saltar la valla de Melilla.
“Se debe respetar la separación entre Iglesia y Estado, pero lo que no se puede separar es el Estado de la justicia. Por eso la Iglesia llama la atención sobre la necesidad de justicia real en el mundo”, señala Olbiel Hernández, que recuerda que tanto Cáritas como otras Ongs están están denunciando que en los países del sur de Europa no se están respetando las leyes.
Tras la misa habrá una pequeña muestra de folclore, con la representación de varios bailes regionales y la degustación de un chocolate caliente.
La importancia de la educación
Para el sacerdote, el Día de las Migraciones pretende ser una jornada para reflexionar y recordar que aunque muchos inmigrantes hayan regresado a sus lugares de origen, “la Iglesia sigue apostando por la integración, que consiste no solo en ofrecerles un trabajo o la obtención de unos papeles, la integración es también la educación”.
De ahí la importancia que se da a los cursos de formación para inmigrantes que ofrece Cáritas Diocesana de Valencia, aunque Olbier Hernández subraya que “la educación no es sólo enseñar el castellano, nuestras comidas típicas o nuestras formas de vestir, educar es enseñarles nuestra cultura y nuestros valores como sociedad, esos que descubrimos y que nos permiten poder ayudarles porque es de justicia”, señala el sacerdote.