L.A. | 25-10-2018
Bajo palio, el anda con la custodia portada por integrantes del Gremio de Labradores. (FOTO: J.PEIRÓ)Quien se acercara a Alcoy el pasado domingo, 21 de octubre, a las seis y media de la tarde se quedaría sorprendido por un volteo general de las campanas resonando por toda la ciudad y la sierra de alrededor y con él, los sones musicales del himno eucarístico “Cantemos al amor de los amores” que surgían del mismo corazón de la histórica villa, entre sus calles adoquinadas.
Era la preciosa banda sonora natural en vivo, de la procesión eucarística con el Santísimo bajo palio, que recorría solemnemente el centro de la ciudad desde la iglesia de San Mauro y San Francisco hasta el monasterio del Santo Sepulcro. La ocasión no era para menos: el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, inauguraba la capilla de Adoración Eucarística Perpetua de Alcoy, la sexta en la diócesis valentina tras las de Valencia, Alzira, Gandía, Catarroja y Agullent.
Había sido propuesta la creación de la Capilla por el propio Cardenal durante su visita pastoral al arciprestazgo de Alcoy en 2015. Ahora, tres años, después, ya era realidad. Testigos de excepción, además de los adoradores, el propio alcalde, Antonio Francés, concejales del Ayuntamiento, representantes de la Guardia Civil, Policía Nacional y del Ejército el Aíre, -por el escuadrón de vigilancia aérea 5 en la cercana Sierra de Aitana-, que participaron también en la procesión y en las demás celebraciones.
De la ciudad de Alcoy tiene el arzobispo una huella entrañable porque fue su primer destino pastoral, como ha comentado alguna vez al referirse a la iglesia de Santa María, donde «aprendí a ser cura, de manos del excelente párroco que fue don Cirilo Tormo”.
Por eso, el pasado domingo, al comienzo de la homilía tras el saludo a las autoridades, y a los alcoyanos (“que tan en el corazón os llevo”, dijo), el Cardenal no dudó en asegurar que “Alcoy es grande… y desde hoy lo será aún más” por esta capilla de adoración eucarística perpetua.
Y volvió a reiterarlo al final, a toda la feligresía que llenaba la iglesia: “Hermanos queridísimos, hoy Alcoy puede sentirse muy dichosa porque verdaderamente comienza en la capilla del miracle de Jesuset la adoración las 24 horas del día los 365 del año. Esto es una gloria muy grande para Alcoy y es también un gozo muy grande recibir este don de Dios porque -qué duda cabe- la adoración eucarística perpetua es un don de Dios y la semilla para un mundo verdaderamente nuevo”.
“Dejémonos ayudar por la Virgen de los Lírios y San Jorge”
Previamente, el cardenal había recordado que “la verdadera adoración debe conducirnos a hacer la voluntad de Dios” y para ello imploró a las devociones más queridas de los alcoyanos, “la Santísima Virgen María, la Virgen de los Lirios, y a San Jorge, mártir testigo de Jesús” para que “nos ayuden, y que nos dejemos ayudar por ellos, -que ellos ciertamente nos ayudan y su ayuda nunca nos faltará-”.
La alegría era generalizada entre los cientos de adoradores que se han inscrito para cubrir todos los turnos y no digamos entre las religiosas del Instituto del Verbo Divino, que viven ya en el monasterio del Santo Sepulcro y se encargarán también de esa adoración. Los comentarios se sucedían a la entrada y a la salida de la iglesia: “¡Qué acontecimiento más bonito!”, “Esto va a ser un auténtico `subidón´a la espiritualidad de todos nosotros”…

Inauguración de la Capilla en la jornada del DOMUND

Bendición con el Santísimo que impartió el Cardenal en el monasterio del Santo Sepulcro. (FOTO: J. PEIRÓ)Pero es que, además, precisó el Cardenal, “Dios ha querido que se empiece en la jornada del DOMUND”, que se celebraba ese mismo domingo, hecho éste que llevó resaltar que “la eucaristía es fruto y cumbre de misión», y que «evangelizar a toda la tierra, anunciar a Dios es un deber y un derecho de todos los que creemos en Jesucristo, algo que ningún creyente ni institución de la Iglesia puede eludir». De hecho, ante una realidad en la que dos terceras partes de los habitantes del planeta no conocen a Dios, «no hay mayor servicio hoy a la humanidad entera que evangelizarla». Por todo ello, la capilla de Adoración debe «avivar el sentido misionero».
Al finalizar la misa, mientras todas las cofradías y asociaciones de adoradores de Alcoy salían a la calle para la procesión eucarística con sus banderas y estandartes, el párroco, José Luis Llopis, les recordaba a todos: “Nos llevamos para siempre ya lo que hemos vivido esta tarde, que ha sido mucho y muy intenso”.
El himno nacional sonó vibrante interpretado por la banda de música al exterior del templo para recibir al Santísimo bajo palio, con la custodia en un anda primorosamente adornada de flores y portada por el gremio de labradores -como es tradición en el Corpus de Alcoy con indumentaria de gala-. Iniciaba así su recorrido por las calles de Alcoy para hasta el monasterio del Santo Sepulcro. Una vez allí, las religiosas del Instituto del Verbo Divino cantaron unas piezas hermosísimas que invitaban a la oración para culminar con el “De rodillas, Señor, ante el Sagrario” y las jaculatorias rezadas repetidamente por el Cardenal y respondidas por todos: “Alabado sea el Santísimo sacramento del altar”. “Sea por siempre bendito y alabado”

El párroco: “Un acontecimiento para comprometerse”

José Luis Llopis, que apenas lleva dos años en Alcoy, aseguraba a PARAULA que la apertura de la Capilla de Adoración Eucarística Perpetua “es todo un acontecimiento aquí, además, en el 450 aniversario del robo y hallazgo del robo de las sagradas formas justamente en el lugar que hoy es monasterio”.
“La gente está muy animada, además también muchas personas desconocían que tras la marcha de las agustinas descalzas, el monasterio estaba servido por una nueva comunidad religiosa y esto es una doble alegría por este motivo”.
Hay expectación también entre los jóvenes de Alcoy y su comarca ante esta nueva realidad.
Precisamente, en los dípticos informativos de la nueva capilla se incluía el singular testimonio de un joven adorador, que eligió un turno de madrugada: “Me inscribí al oírlo en misa, me impactó la propuesta y sentí la necesidad. Jesús se iba toda la noche para estar en oración con su Padre y en mi interior resonaba esto: “¿ni una hora habéis velado conmigo?” Esa hora representa en mi vida diaria un momento de verdadera dicha, de alegría muy profunda, poder estar delante de Dios mismo, acompañándole y acompañándome Él. De esa hora saco fuerzas para seguir adelante, reviso mi interior, mi vida y actualizo todo el bien que quiero realizar en ella”.

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