María José Fraile | 17-01-2013
La parroquia de Cristo Rey de Valencia, tradicionalmente conocida como la de San Vicente de La Roqueta, conserva en su interior una piedra recuperada con relieves alusivos a San Vicente Mártir. Un reciente estudio realizado por el historiador especialista en temas vicentinos Francisco José Soriano Gonzalvo revela que esta piedra podría ser parte de la ‘rueda de molino’ a la que fue atado San Vicente Mártir.
Aunque su existencia era conocida, tal y como informa Ángel Pedro Fernández, párroco de Cristo Rey, “el próximo lunes día 21, Francisco José Soriano hará una presentación pública de la misma durante la que explicará algunas de las conclusiones a las que ha llegado en su reciente investigación sobre este ‘tesoro’ vicentino. La disertación tendrá lugar a las 20:30 horas, en la parroquia de la calle San Vicente, 126.
“Aunque carecemos de documentación que lo pruebe, puede plantearse la posibilidad de que en 1642 se decidiera dividir la reliquia de la muela para ser acaso empotrada en algún lugar de la iglesia, dejando memoria de su origen”, escribe Soriano. “Tras la desamortización y la destrucción de la cabecera del templo en 1837, algún habitante del lugar pudo recoger la pieza y colocarla en la fachada de su vivienda situada en la demarcación de Ruzafa, de donde procedía la familia que la poseía a finales del s. XIX y que llegaba hasta las inmediaciones del convento”.
Por eso, “suponiendo que efectivamente se trate de un fragmento de rueda de molino, por la inscripción que contiene quien la mandó tallar tenía el convencimiento de que procedía de la usada para lastrar el cuerpo de San Vicente Mártir”. Así, remarca Francisco José Soriano, “ignoramos si se trataba de la muela venerada junto al altar mayor del templo medieval o de otra que se considerase relacionada con san Vicente de la que no tenemos constancia, pero debió tener un diámetro superior a los 155 cm., pudiendo haberse extraído de ella otra pieza del mismo tamaño”.
Una novicia, detrás del rescate de la piedra
En 2007, el escritor especialista en temas vicentinos Santiago Ferrer Baldoví publicó unas notas el origen de esta piedra. En el artículo ‘Una sólida piedra’ del Boletín La Roqueta de San Vicente mártir de la Asociación de Amigos de San Vicente de la Roqueta, se recogía la historia de la piedra que le debe mucho al empeño de una joven de Ruzafa que en 1892 ingresaba en el convento de
religiosas oblatas del Santísimo Redentor de Alaquàs (Valencia). Al parecer, “en la fachada de una de las casas propiedad de la familia de la novicia se encontraba la pieza, que se extrajo al realizar una reforma en el edificio. La joven ofreció la curiosa piedra a su superiora, quien se apresuró a recogerla colocándola en el huerto del convento como pedestal de la imagen del Corazón de Jesús. A finales de los años 90, la feligresa Teresa Albert puso en conocimiento del entonces párroco de Cristo Rey, Francisco Visairas Espiga la existencia de la pieza, que fue solicitada al citado convento, accediendo a su donación. Fue colocada sobre un armazón de hierro a la entrada del templo”.
Habrá que esperar a que Soriano Gonzalvo haga su exposición el día 21 en Cristo Rey. Pero por todo lo explicado, si realmente fuese que esta piedra es un fragmento de la reliquia de la ‘roda de Sant Vicent’, tal y como ha explicado, “la providencial combinación de casualidad y generosidad habría devuelto al templo de San Vicente una de sus reliquias más antiguas y características”.

LA PIEDRA Se trata de una pieza de forma rectangular realizada en piedra caliza. Está labrada por una de sus caras con relieves e inscripciones incisas alusivos a san Vicente Mártir, con una hendidura en su parte superior y presentando irregularidades, sus dimensiones máximas son 80x68x32 cm. La parte frontal presenta un área rectangular (53,5 cm de anchura x 33,5 cm de altura) rehundida enmarcando una representación de un aspa en el centro y una rueda de molino situada a la derecha, con las características estrías -ambas en altorrelieve- elementos iconográficos asociados a San Vicente Mártir en Valencia por su relación con el martirio (aspa o ecúleo) y ya difunto, para sumergir su cuerpo en el mar (muela). A la izquierda del aspa está grabado en letras capitales: “AÑO 1642”. Debajo del recuadro, con el mismo tipo de letra la inscripción incisa en valenciano: “EN ESTA PEDRA ESTIGVE LIGAT SEN VICENT MAR”. Por la parte superior de la pieza se aprecia una hendidura semicircular de forma cónica de 18 cm de profundidad, 13 cm de anchura en su parte posterior y 8 cm en el fondo que podría ser parte del orificio del eje de una muela, (o rueda de molino). En la actualidad, esta piedra está colocada en el presbiterio de la parroquia de Cristo Rey.