BELÉN NAVA | 21.02.2020

Diálogo, apertura, esperanza, confianza, fuerza, encuentro, vivencia…son algunas de las palabras con las que los 42 integrantes de la delegación diocesana valenciana describen su experiencia en el Congreso de Laicos ‘Pueblo de Dios en Salida’ en el que, a lo largo de tres días, han participado en Madrid.

El Pabellón de Cristal de la Casa de Campo ha sido, del 14 al 16 de febrero, el centro neurálgico de la experiencia de la fe vivida a través de los testimonios de más de 2.000 laicos que han trabajado por hacer presente la realidad actual de la Iglesia.

Coordinados por la Vicaría para el Laicado y la Acción Caritativa y Social del Arzobispado, y con la presencia de su responsable, el obispo auxiliar de Valencia monseñor Arturo Ros, los congresistas valencianos reflexionaron sobre cuatro itinerarios que han permitido concretar la vocación y misión de los fieles laicos: primer anuncio, acompañamiento, procesos formativos y presencia en la vida pública.

Animados por el Arzobispo
El viernes, momento de la inauguración del congreso, el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, quiso arropar a la delagación valenciana con su presencia y les animó a vivir con alegría esta experiencia eclesial. Así también lo hicieron los obispos auxiliares de Valencia monseñores Arturo Ros, Esteban Escudero y Javier Salinas, además responsable de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar de la Conferencia Episcopal Española (CEE) también presentes en el congreso.
La sesión inaugural, presentada por la periodista María Ángeles Fernández, contó con la participación de Mons. Bernardito Auza, Nuncio del Papa en España, quien saludó a los congregados y leyó el saludo que el Santo Padre dedicó a los congresistas. Seguidamente, Isaac Martín, laico y miembro de la comisión ejecutiva del congreso agradeció a los sacerdotes y obispos de toda España sus aportaciones que “han sido clave para llegar a buen puerto y generar un contenido sinodal y potente en la Iglesia”.

La ponencia inaugural fue realizada por José Luis Restán, director editorial de COPE que resaltó que “las familias, donde reside gran parte del laicado, necesitan nuestra máxima protección. La formación en este punto debe ser una prioridad”. De igual manera recordó que “el cristianismo creció en gran medida gracias al compromiso de los primeros laicos. Fueron testigos de Jesús y no tuvieron miedo de ser misioneros en medio de sus sociedades secularizadas como es la nuestra.”.

Experiencia de Comunión
Para Amparo Estellés, delegada episcopal de Apostolado Seglar de la diócesis de Valencia, el congreso ha sido “una experiencia de la Iglesia que queremos ser, una experiencia de comunión muy especial”.
Durante las sesiones “hemos celebrado, hemos compartido, hemos reflexionado y hemos planteado proyectos de lo que queremos que sea nuestra Iglesia y por lo tanto para mi lo más importante ha sido esa experiencia de alegría y de comunión que hemos vivido de una Iglesia diversa, con multitud de carismas y que todos queremos caminar juntos”.
Las experiencias han sido “múltiples y muy enriquecedoras” y “desde todos los caminos que se han planteado el fin último es la formación”. “Desde el encuentro personal con Cristo vamos a poder hacer llegar a la sociedad nuestro testimonio siendo ciudadanos críticos, veraces y todo lo que ello conlleva”, afirma.

A lo largo de estos días, se ha vivido un renovado Pentecostés. No hay que pensar que se está construyendo para hoy, sino trabajando para mañana.

Plataforma de escucha
Entre otros testimonios de valencianos que han tomado parte en el Congreso nacional figura el de José Ballesteros, técnico de la delegación episcopal de Apostolado Seglar del Arzobispado de Valencia, para el que “el congreso ha sido muy positivo porque ha sido una plataforma donde se nos ha escuchado a los laicos y donde se nos ha tenido muy presentes desde la Iglesia, como nos pedía el papa Francisco, para romper con el clericalismo y así proponer nuestros puntos de vista”.

En la Eucaristía conclusiva, presidida por el arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Ricardo Blázquez, aseguró que este congreso “ha sido expresión de la Iglesia que hemos sido, somos y deseamos llegar a ser: pueblo de Dios que redescubre continuamente su vocación a la santidad y a la misión evangelizadora”.

Al finalizar la Eucaristía, la acción de gracias corrido a cargo de Pilar Rodríguez-Carretero Luna, de la comisión de organización del congreso, que señaló que “hemos realizado un camino tejido de escucha y discernimiento comunitario que ha alcanzado una mayor intensidad este encuentro. Nuestro congreso ha sido expresión de la Iglesia que hemos sido, somos y deseamos llegar a ser: Pueblo de Dios que redescubre continuamente su vocación a la santidad y a la misión evangelizadora”.

Continuidad
Este proceso tiene ahora una “clara continuidad” puesto que el congreso constituye el punto de partida de nuevos caminos. Los cuatro itinerarios serán los hitos que se han de desarrollar en los próximos años en la pastoral con el laicado y, concretamente, desde las delegaciones de Apostolado Seglar de cada una de las diócesis.

Tras la vuelta a casa, sacerdotes, laicos y consagrados, “guiados por nuestros pastores, tenemos la tarea, que se nos encomienda hoy, de abordar la evangelización desde el primer anuncio, de crear una cultura del acompañamiento, de fomentar la formación de los fieles laicos, de hacernos presentes en la vida pública para compartir nuestra esperanza y ofrecer nuestra fe”, concluyeron en la ponencia final del congreso a cargo de monseñor Antoni Vadell, obispo auxiliar de Barcelona, y Ana Medina, periodista de TRECE.

A lo largo de estos días, se ha vivido un renovado Pentecostés. No hay que pensar que se está construyendo para hoy, sino trabajando para mañana.