EVA ALCAYDE|30.01.2020

Relacionar la criminología como ciencia con los orígenes de la obra salesiana y la figura de don Bosco ha sido la idea original del sacerdote salesiano Alberto Payá, que ha plasmado en su libro ‘Don Bosco y la cárcel. La prevención como respuesta al delito’.


La obra -que ha sido presentada en Valencia, Burriana, Córdoba y el próximo 27 de febrero en Ibi- recoge los primeros pasos de la labor pastoral de don Bosco, que comenzaron visitando las cárceles.


“La experiencia en sus visitas a las cárceles de Turín marcó el inicio de los Oratorios y de la obra salesiana”, explica Payá, que es experto en Pedagogía y Criminología. “Don Bosco se dio cuenta de que había que hacer cosas para que la gente no entrase en la cárcel y vio que la prevención era el camino para ello”, señala.


El autor conecta en su libro a Cesare Lombroso, considerado padre de la Criminología con el fundador de los salesianos. “Ambos fueron coetáneos y coincidieron en Turín. Lombroso llegó a ensalzar la labor de don Bosco y de las instituciones salesianas y su respuesta a la situación delictiva de la época”, subraya Payá.


El libro ‘Don Bosco y la cárcel’ describe con minuciosidad el panorama criminal del siglo XIX en Turín, y recorre los lugares “de piedad y de castigo que atendieron a millares de víctimas del sistema social imperante”.
“Las cárceles eran lugares masificados, de miseria espiritual y temporal, dónde se mezclaban niños y adultos. En aquella época el objetivo de las cárceles era recluir a las personas como un castigo, hoy el fin es la reinserción y resocialización”, señala Payá, que es uno de los sacerdotes que acude todos los domingos al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) para ofrecer asistencia religiosa.


“El derecho a la asistencia religiosa está garantizado en todas las cárceles y en todos los CIEs, para los católicos pero también para los judíos, musulmanes y evangélicos”, añade.