Carmen con sus cuatro hijos. (Fotografía: Alberto Sáiz)


Belén Nava | 4-03-2012
Esposa, madre de cuatro hijos, presidenta del Instituto de Política Familiar (IPF) de la Comunidad Valenciana y ponente ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), a cuya sede en Nueva York vuela este domingo. Con este currículum se presenta Mari Carmen Mateu, una mujer lu­­­­chadora que tiene muy claro que en esa lucha no hay que “perder el norte de lo que somos y del valor que tenemos como mujer y como madre”.
Tanto es así, que ha conseguido llevar sus reivindicaciones hasta la Comisión Eje­­­cutiva de la Mujer de la ONU, “en la que se toman decisiones a través de resoluciones oficiales sobre la mujer, el aborto o el género”. Allí, en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York ya defendió en el año 2010 la importancia que tiene la mujer como núcleo de la vida familiar. La institución familiar hay que entenderla -señala- como la unidad básica de la sociedad y, en ella, las mujeres son el centro alrededor del cual se crea la familia y nace una nueva generación. A pesar de todo ello, a menudo -asegura- no se valora este importante papel.
Desde aquel primer momento en la ONU hace dos años, “mi interés por el género y la ideología de género va en aumento, porque realmente he visto có­mo se hace la política en Naciones Unidas, cómo se sacan las resoluciones, y cuál es el papel de los países, las ONG’s y los diplomáticos ante este organismo internacional. Una co­sa es lo que estudias aquí y otra es cómo se trabaja desde allí”, resalta.
Día Internacional
Y cada 8 de marzo, cuando se celebra el Día Internacional de la Mujer, es un buen momento para “resaltar el indispensable papel de las mujeres como madres, esposas, en el hogar, así como trabajadoras fuera del hogar. Es esencial reconocer no solo el trabajo remunerado fuera del hogar sino también el trabajo no remunerado de las mujeres en la casa. Son las dos caras de una misma moneda, y su labor en ambos papeles es fundamental”, afirma.
Y Carmen es conocedora de todo ello porque lo vive todos los días junto a sus cuatro hijos. Para ellos es “mamá”, la persona que les arropa por las noches, que les ayuda con los deberes, a la primera que ven cuando se despiertan y a la primera que reclaman cuando por las noches las pesadillas se apoderan de sus sueños. Y para el resto, una vez traspasa la puerta de su hogar, es Mari Carmen, la presidenta del IPF de la Comunidad Valencia, la conferenciante, la locutora de radio…
“Desde hace tiempo, se vincula la salud ma­terna con el ‘derecho’ al aborto y a la planificación familiar, y la mayoría de los fondos destinados al cumplimiento de este objetivo se destinan a que las mujeres no tengan hijos. Sin embargo, estos fondos deberían destinarse a que las mujeres en particular y las familias en general puedan tener el número de hijos que deseen mediante unas políticas de apoyo a la natalidad, y no de sustento del abor­to”.
Esta madre trabajadora cree que “el papel más importante de la mujer es el don de la maternidad, y como don se aco­ge generosamente. Me gus­ta pensar que los hijos están en nuestras manos para cuidarlos pero que son hijos de Dios en nuestras manos, por eso recurro diariamente a Dios y a Ma­ría para que me ayuden en su edu­cación”.
Mujer y mundo laboral
Con un hogar que atender, felizmente casada desde hace ocho años, con cuatro hijos con edades entre los seis años del mayor y el año del más pequeño, con su tarea en el IPF… la pregunta de cómo se organiza en su día a día es obligada. Sin embargo, con una gran sonrisa, Mari Carmen asegura que siempre se encuen­tra la manera de hacer todas las cosas “y alguna más. Siempre surgen cosas nuevas, proyectos, conferencias… y siempre pienso que si surgen es por al­go. Por ejemplo, para mí Nueva York supuso un momento en el que Dios se me hizo presente en todo ese desbarajuste de sede, de diplomáticos negocian­do… porque vi cómo el Se­ñor me re­galaba momentos úni­cos conmigo a so­las y donde fui más que nunca consciente de que la maternidad es lo que más debemos cuidar y, sobre todo, enseñar a nuestros hi­jos lo que significa este don. Ellos de­ben aprender que la aper­tura a la vida debe ser total, no sólo en el sentido de te­ner hijos, que conlleva mucho más, es una apertura a los de­más, apertura total a Dios en sus vidas. Cuando los niños des­de pequeños viven eso es muy difícil que a lo largo de su vi­da no lo repitan. Y difícil que en sus vidas profesionales cuan­do crezcan no lo pongan en práctica”.
Este mismo domingo, Mari Car­men volará hacia Nueva York, a la ONU, invitada por varias ONG’s católicas a dar una conferencia sobre la discriminación que sufre la mujer por ser madre. “Es cierto que aquí en España cuando una mujer dice que está embarazada muy poca gente ya se levanta a dar la enhorabuena y hasta algunos lo ven sólo como un riesgo de perder el puesto de trabajo”.
Y ella lo sa­be bien ya que fue despedida de dos multinacionales por ser madre, incluso en la última el mo­tivo del despido fue “por es­tar embarazada”.
Gratitud a Dios
Ahora, echando la vista atrás “doy gracias a Dios por esos despidos, porque han sido la forma en la que he entendido el valor de la maternidad, lo importante es estar abierto a los planes de Dios. En esos momentos no coincidían con los míos pero ahora veo que debo dar las gracias porque entiendo que eran los planes que Él tenía reservado para mí”.
Como conclusión, Mari Carmen certifica que “la maternidad es un don que Dios nos re­gala cuando Él quiere, para lo que Él quiere y de la forma que Él ha pensado. Debemos cuidarla y no perder la perspectiva de que los hijos están en el pensamiento de Dios antes que en el nuestro, y que serán parte de nuestras vidas si nos abrimos a Él”.