Vicente Jesús Roig Esteve, cura párroco de Gilet, cumplió el pasado año 50 años de su ordenación sacerdotal. Lleva en esta localidad del Camp de Morvedre desde 1982 al frente de la parroquia y del colegio diocesano San Antonio Abad-La Baronía. Al cumplir 25 años de labor pastoral, en 1997, la corporación municipal lo nombró hijo adoptivo de Gilet y ahora, a los 50, puede presumir de tener una calle dedicada a él. Un homenaje que también incluyó una misa y una comida de hermandad, todo ello organizado por la Cofradía de la Virgen de la Estrella.

Vicente Jesús Roig Esteve en la calle que lleva su nombre en la localidad valenciana de Gilet.

❐ ALBERTO SAIZ | 28.9.23
“Yo me pellizcaba para ver que era cierto” nos cuenta Vicent Jesús Roig Esteve. Pocas veces los homenajes se hacen en vida. El Pare Vicent necesitaba pellizcarse en los brazos, para comprobar que estaba vivo, y recibiendo un precioso acto de agradecimiento por su labor durante 40 años en la localidad de Gilet. El pasado 17 de diciembre de 2022, el pueblo de Gilet se volcó en el homenaje al que ha sido y sigue siendo su párroco. El día de la Inmaculada, cuando fue a felicitar por el grupo de Whatsapp a las ‘Inmas’, se dio cuenta de que lo habían quitado del grupo. Enseguida llamó a Hector Benet, presidente de la Cofradía de la Virgen de la Estrella. “¿Per que no estic en el grup de la cofradía?”. “Ja voràs, ja…” le contestó Héctor.

Como los buenos regalos, se fraguó la sorpresa desde la cofradía, involucrando también al ayuntamiento. El consistorio decidió dedicarle una calle, justo a espaldas de la casa abadía, la cual Vicent recuperó hace muchísimos años para su uso. Se trata de una estrecha calle que da a la plaza del pueblo, que si bien allí se le llamaba el callejón, es una muy transitada calle peatonal.

“Lo que més m’agrada del carrer, es que ací no haura accidents”, bromeó el Pare Vicent, por la imposibilidad de que pase ni un coche, por lo estrecho del callejón. La calle tiene su importancia, por su cercanía a la plaza y conexión con el centro médico, iglesia, ayuntamiento. Buena prueba de ello son los distintos negocios que ha tenido y que tiene. Peluquería, estanco, suministros eléctricos e incluso hubo la única tienda de fotografía del pueblo. Tiene la medida de la humildad del propio párroco, “així no molestem a molts veïns” pues ahora tienen que cambiarse la dirección de todos los papeles oficiales, desde el DNI hasta la contribución y demás impuestos…

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