REDACCIÓN | 19-07-2018
Los niños se divierten en el colegio también en verano con todas las actividades preparadas por la iniciativa. (FOTO: A. SÁIZ)
Cerca de 300 escolares están participando durante este mes de julio y hasta el 3 de agosto próximo en la iniciativa “#unveranodiferente” que se está desarrollando en tres colegios diocesanos. Allí se atiende y alimenta a los alumnos así como a niños de familias sin recursos del barrio.
Este proyecto, en el que colaboran la Fundación San Vicente Mártir Colegios Diocesanos, Cáritas Diocesana y la Universidad Católica de Valencia (UCV), se ha puesto en marcha por segundo año consecutivo con el lema ‘Un corazón diferente para vivir #unveranodiferente’.
Este verano están participando los colegios diocesanos San Marcelino, Santiago Apóstol (Escalante) y Nuestra Señora de los Desamparados -los tres de Valencia- y han sido elegidos en zonas “donde hay un porcentaje mayor de familias que atraviesan dificultades económicas”, según fuentes de la organización.
Actualmente, cada uno de los centros escolares está atendiendo a alrededor de 80-90 alumnos, tanto de Educación Infantil, Primaria como Secundaria. El horario de apertura es de 10 a 15 horas y, además de ofrecerles el almuerzo y la comida, llevan a cabo “actividades complementarias para educar en hábitos saludables y compartir momentos de ocio y deporte”.
“La Iglesia no puede quedar al margen de los necesitados”
Esta acción fue propuesta por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, quien la definió como una “iniciativa necesaria para nuestros tiempos, pues la Iglesia no puede quedar al margen de los necesitados y como dice el papa Francisco, tenemos que salir al encuentro de los más débiles de nuestro tiempo”, según recordó Miguel Ángel Coello, gerente de la Fundación de Colegios Diocesanos que también participa en la coordinación de la iniciativa junto con la Universidad Católica de Valencia ‘San Vicente Mártir’ y Cáritas Diocesana.
El proyecto fue puesto en marcha “en un afán de preocupación por parte del Cardenal por la sociedad y por la crisis, que, aunque parece menor sigue afectando a algunos de nuestros centros, según fuentes de Colegios Diocesanos, que han destacado que “una de las finalidades de la educación católica (plasmada en el carácter propio de Colegios Diocesanos) y, junto con ella, de la Iglesia universal, es dar respuesta a las personas con necesidades”.
Alumnos que se benefician de la iniciativa
Son las Cáritas parroquiales las encargadas de “derivar a los alumnos beneficiarios de esta iniciativa ya que los destinatarios son menores perceptores de la beca de comedor tipo A o niños cuyas familias, por su situación social, económica o familiar se encuentran en especial vulnerabilidad y requieren apoyo y atención durante los periodos vacacionales”.
Precisamente, el director de Cáritas Diocesana de Valencia, Nacho Grande, que dirige el colegio diocesano Nuestra Señora de los Desamparados de Nazaret, participante en “#unveranodiferente”, valoró de forma muy positiva la iniciativa al tratarse, en primer lugar, de un “proyecto común de tres instituciones tan relevantes como Universidad Católica de Valencia, Fundación de Colegios Diocesanos, y Cáritas Diocesana”; porque además “no sólo atiende a alumnos de esos centros escolares sino a cualquier menor del entorno, del barrio, cuyas familias son atendidas por las cáritas parroquiales” y, también, en tercer lugar, por la “calidad humana del voluntariado, su compromiso social, ejemplo para la sociedad”.
Asimismo, Pablo Brotons, coordinador del proyecto por parte de la Universidad Católica de Valencia destacó que «este año estamos muy sorprendidos y agradecidos por el interés mostrado por tantísimos jóvenes en participar en este proyecto. Muchos repiten por la gran experiencia vivida el año pasado, y otros ven una gran oportunidad de hacer este acto de justicia y caridad por los que más lo necesitan. El verano es sin duda un tiempo muy favorable para ello y los voluntarios nos están mostrando que realmente tienen un corazón diferente, algo que es vital para la sociedad de hoy en día».
Desde la Fundación San Vicente Mártir Colegios Diocesanos, Miguel Ángel Coello, gerente de la misma, destaca la importancia de mantener los colegios abiertos para la evangelización desde la atención a los desfavorecidos. “Nuestra misión en este proyecto consiste en acoger y convertir nuestros Colegios Diocesanos en una casa y una familia donde todos tengamos cabida y podamos dar lo que tenemos al servicio de la sociedad, para hacer un mundo más justo y dar a nuestros alumnos el relevo de continuar con la mejora del mundo siguiendo las pautas del Evangelio que nos enseña Jesús de Nazaret”.
Para más información sobre esta iniciativa, las personas interesadas pueden consultar la web: fundacioncolegiosdiocesanos.com/unveranodiferente/, o visitar los perfiles creados en las redes sociales del proyecto tanto en Facebook como en Instagram.
“Cerca de nosotros hay personas a las que podemos ayudar”
B.N.
Juan de Dios Moreno trabaja en el departamento económico-financiero de la Fundación Colegios Diocesanos y asegura que esta experiencia la ha vivido “desde el compromiso como cristiano, como trabajador de Colegios Diocesanos y como padre de familia”, con la filosofía de “dar gratis lo que se te ha dado gratis”.
Juan de Dios colaboró con el proyecto el pasado año, durante sus vacaciones, y, “dado que estaba con mis hijos, aproveché para llevarlos conmigo y que vieran otra realidad, una realidad que les marcó”. “No hay que viajar a otros países para ver que cerca de nosotros hay personas a las que podemos ayudar”, asegura. Por ello, “fue una experiencia muy positiva para toda la familia y desde ese momento mis hijos ven el mundo de otra forma”.

“Repetimos la experiencia porque nos llena de satisfacción”

B.N.
Gaspar y Pepita son profesores del Colegio Ave María de la localidad de Carcaixent, que pertenece a la red de Colegios Diocesanos, y repiten este año la experiencia. “Simplemente compartir momentos en la clase, jugar con los niños en el patio o prepararles la comida, nos llena de satisfacción. Después de estar con ellos vuelves a casa satisfecho por su gratitud, por sus miradas, por las sonrisas que recibes”.
“Estos niños merecen una oportunidad y un lugar en el mundo”

B.N.
Entre las alumnas de la Universidad Católica de Valencia que han colaborado con esta iniciativa como voluntarias figura Alicia Plaza del Castaño, que ha cursado segundo de Magisterio de Infantil. “Hacer este voluntariado ha sido la experiencia más bonita del mundo; me ha cambiado la perspectiva y la forma de ver las cosas, ya que me ha enseñado que siempre se puede ser feliz si uno le pone ganas, fuerza y valor”.
“A pesar de que los niños y niñas tengan una situación social complicada, son ante todo seres humanos que merecen la oportunidad de ser amados y de tener un lugar en el mundo. Gracias a la comunión entre la coordinadora y los voluntarios salió todo el trabajo, pero sabiendo que Dios estaba en medio guiándonos”, ha expresado.