El Papa fue directamente desde el aeropuerto a la estación del Metro de Jesús para rezar por las víctimas del accidente

El Arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, entonces Obispo auxiliar de Valencia, ofició la misa en la Basílica de la Virgen el mismo día del accidente del metro

La ciudad de Valencia acogió los días 8 y 9 de julio de 2006 la primera visita apostólica a España de Benedicto XVI desde que accedió al pontificado en 2005. Posteriormente, sólo hizo dos visitas más a España: a Barcelona y Santiago de Compostela en 2010, y a Madrid en 2011.

Benedicto XVI permaneció dos jornadas para clausurar el V Encuentro Mundial de las Familias, que fue convocado por su predecesor, Juan Pablo II. En su homilía en la misa conclusiva del encuentro, el Pontífice señaló que “en la cultura actual se exalta muy a menudo la libertad del individuo concebido como sujeto autónomo, como si se hiciera él sólo y se bastara a sí mismo”.

También destacó que “la familia cristiana transmite la fe cuando los padres enseñan a sus hijos a rezar y rezan con ellos; cuando los acercan a los sacramentos y los van introduciendo en la vida de la Iglesia; cuando todos se reúnen para leer la Biblia, iluminando la vida familiar a la luz de la fe y alabando a Dios como Padre”. Y añadió que “la Iglesia no cesa de recordar que la verdadera libertad del ser humano proviene de haber sido creado a imagen y semejanza de Dios”.

“Para avanzar en el camino de madurez humana, la Iglesia nos enseña a respetar y promover la maravillosa realidad del matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer, que es, además, el origen de la familia. Por eso, reconocer y ayudar a esta institución es uno de los mayores servicios que se pueden prestar hoy día al bien común”, concluyó.

Antes de iniciar su visita se dirigió a la estación de Jesús para rezar por las víctimas del metro

La primera parada de Benedicto XVI en la ciudad, el 8 de julio de 2006, fue en la estación del metro de Jesús donde fallecieron 43 personas en el trágico accidente de la línea 1. El Santo Padre ya había enviado el mismo día del accidente un mensaje de condolencia por la tragedia – impartió “la Bendición Apostólica como signo de fe y esperanza en Cristo resucitado”- y, por ello, se dirigió directamente desde el aeropuerto hasta la estación del metro de Jesús para rezar por las víctimas.

Por su parte, el Arzobispo de Valencia, Enrique Benavent -entonces Obispo auxiliar de Valencia- ofició una eucaristía en la Basílica de la Virgen el mismo día del accidente del metro por los fallecidos y sus familias tras haber participado en el rezo del Rosario junto al también Obispo auxiliar de Valencia – actual Obispo de Lleida- Salvador Giménez.

En su homilía, el obispo Benavent señaló que “ser cristiano es eso: compartir los momentos de alegría, pero también los de tristeza en torno a la eucaristía, que es una fuente de fe y esperanza” .

El Santo Cáliz, en la consagración

El Papa visitó la Capilla del Santo Cáliz, en la Catedral, para venerar la reliquia y firmó en el Libro de Honor así como en el de la Basílica y en la plaza de la Virgen sorprendió diciendo unas palabras en valenciano.

El 9 de julio presidió la misa conclusiva del Encuentro Mundial de las Familias, donde empleó la reliquia del Santo Cáliz para la consagración que también Juan Pablo II había empleado en 1982 en la ordenación sacerdotal de 141 seminaristas, entre ellos el actual Arzobispo de Valencia.

El papa Benedicto XVI, días después del encuentro, envió un mensaje a la Archidiócesis de Valencia para expresar “mi más sentida gratitud. Correspondo a ello pidiendo al Señor que continúe haciendo muy fecundo su ministerio pastoral en esa amada Iglesia valentina, con tan gran historia y tan rica en valores cristianos”, y añadió que “le ruego que haga llegar mi gratitud también a todos los diocesanos, especialmente a quienes tanto han colaborado en la preparación y desarrollo de este gran evento, a la vez que imparto de corazón la Bendición Apostólica a los pastores y fieles de esa archidiócesis. Benedictus PP. XVI”.

MENSAJES DEL PAPA EN SU VISITA A VALENCIA

A su llegada, en el aeropuerto

“Mi deseo es proponer el papel central, para la Iglesia y la sociedad que tiene la familia fundada en el matrimonio. Ésta es una institución insustituible y cuyo valor fundamental la Iglesia no puede dejar de anunciar y promover, para que sea vivido siempre con sentido de responsabilidad y alegría”.

A los sacerdotes y religiosos, en la Capilla del Santo Cáliz

“Os exhorto encarecidamente a mantener y acrecentar vuestra comunión fraterna, testimonio y ejemplo de la comunión eclesial que ha de reinar en todo el pueblo fiel que se os ha confiado”.

“El mundo necesita hoy de modo particular que se anuncie y se dé testimonio de Dios que es amor y, por tanto, la única luz que, en el fondo, ilumina la oscuridad del mundo y nos da la fuerza

Firma del Santo Padre en el Libro de Oro del Santo Cáliz

A los seminaristas, ante la Basílica de la Virgen

“El amor, entrega y fidelidad de los padres, así como la concordia en la familia es el ambiente propicio para que se escuche la llamada divina y se acoja el don de la vocación”.

“Vivid intensamente los años de preparación en el seminario, con la ayuda y el discernimiento de los formadores, y con la docilidad y confianza total de los Apóstoles”.

“Davant de la Geperudeta vullc dirli: “Ampareu-mos nit i dia en totes les necessitats, puix que sou, Verge Maria, Mare dels Desamparats”.

A las familias, en el encuentro testimonial

“El tesoro más valioso es fundar una familia”.

“La familia es una institución intermedia entre el individuo y la sociedad y nada la puede suplir”.

“Transmitir la fe a los hijos es responsabilidad que los padres no pueden olvidar, descuidar o delegar totalmente”.

“Los abuelos son un tesoro que no podemos arrebatar a las nuevas generaciones”.

“El lenguaje de la fe se aprende en los hogares donde esta fe crece y se fortalece a través de la oración y de la práctica cristiana”.

Benedicto XVI presidió el encuentro testimonial del V EMF

En la misa conclusiva

“La familia cristiana transmite la fe cuando los padres enseñan a sus hijos a rezar y rezan con ellos; cuando los acercan a los sacramentos y los van introduciendo en la vida de la Iglesia; cuando todos se reúnen para leer la Biblia, iluminando la vida familiar a la luz de la fe y alabando a Dios como Padre”.

“En la cultura actual se exalta muy a menudo la libertad del individuo concebido como sujeto autónomo, como si se hiciera él sólo y se bastara a sí mismo”.

“La Iglesia no cesa de recordar que la verdadera libertad del ser humano proviene de haber sido creado a imagen y semejanza de Dios”.

“Para avanzar en el camino de madurez humana, la Iglesia nos enseña a respetar y promover la maravillosa realidad del matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer, que es, además, el origen de la familia. Por eso, reconocer y ayudar a esta institución es uno de los mayores servicios que se pueden prestar hoy día al bien común”.