L.A. | 3-04-2014
El profesor Jorge Manuel Rodríguez es presidente del Centro Español de Sindonología y uno de los máximos estudiosos del Santo Cáliz, sobre el que fue uno de los promotores del congreso internacional celebrado en Valencia en 2008.
– ¿Sorprendido con este “tumulto” que se ha levantado a raíz de la campaña sobre un libro en el que se dice que el cáliz de la Última Cena está en León?
– Ha habido mucho ruido pero pocas nueces. Científicamente es muy difícil demostrar con total certeza las cosas, pero el cáliz de Valencia tiene unas credenciales excepcionales. Si la polémica hace que la gente aprenda sobre nuestra reliquia habrá valido la pena.
– Refresquemos algunos datos menos conocidos sobre el Santo Cáliz de Valencia.
– Hay una huella eucarística importantísima en nuestra ciudad. El Santo Cáliz tuvo una procesión propia en el siglo XVII… La fiesta de Valencia ha sido el Corpus Christi… Todo esto es consecuencia de que hay un poso de muchos siglos. Valencia es una ciudad eucarística y el entorno también, gracias a la existencia del Santo Cáliz en Valencia y a su devoción.
Lo malo que tenemos los valencianos es que muchas veces no contamos lo que tenemos y nos dejamos llevar por las modas que otros nos traen de fuera con lo que tienen.
En concreto: el cáliz de Valencia sigue una tradición multisecular que empieza con un apoyo importantísimo: la liturgia.
Jesús celebró con un cáliz de bendición propio la Pascua judía, donde se recuerda la alianza del Señor con el pueblo de Israel. Jesús aprovechó la Pascua para cambiarle el significado y estableció una nueva alianza en su sangre. Vino a decir que ahora, la pertenencia al pueblo judío lo es por estar unido a su cuerpo y a su sangre en la Eucaristía. El nuevo pueblo de Israel es la Iglesia. Pero él utilizó una copa propia de la Pascua, que tiene unas características muy definidas. Nuestro cáliz se ajusta perfectamente a esas características. De ahí que cuando se habla de que hay otros supuestos cálices en otros sitios, hay que decir que no hay ninguno que guarde las características del de Valencia.
– Hay nueve cálices en el mundo que aspiran a ser los auténticos de la Última Cena. Realmente que sean copas palestinas del siglo I, ¿cuántas hay?
– Si el de León fuera realmente así, tendríamos un único candidato a ser una copa tan antigua como la de Valencia.
Además, el canon romano, dice que el Papa en el siglo III estaba celebrando con el mismo cáliz usado por Jesús. Y eso dicho en Roma y por la máxima autoridad de la Iglesia, es importante. Si ahora dicen que los musulmanes en el siglo XI creían que el de León era el auténtico cáliz, pues que lo piensen. Cuando tenemos documentos que aseguran que el Grial estaba en Roma en los siglos II y III, yo no considero autoridad a un musulmán que sostenga que el Santo Cáliz estaba entonces en Jerusalén.
La versión en griego y en latín del canon romano dice “tomando entre sus manos este mismo preclaro cáliz” en referencia al único que podía haber sido utilizado por Cristo. En la traducción posterior se quitó “mismo” porque ya no tenía sentido. Antes sólo podían decir ese canon los Papas y en Roma. Y está documentado que el cáliz que utilizaban en las celebraciones eucarísticas era siempre el mismo, y ellos decían “este mismo cáliz”. Por tanto, es un documento del momento culminante de la misa y en Roma. No me sirve que en el siglo XI unos musulmanes dijeran que era el otro porque ellos lo habían cogido de Jerusalén. Es un salto cualitativo que no tiene ni punto de comparación.
– De manera que el de Valencia es el que más posibilidades tiene de haber sido utilizado por Jesucristo. Sin embargo, tanto en el de Valencia como en el de León, transcurren siglos sin saber su paradero. En el caso del de Valencia, entre el siglo III y el X.
– Es normal. Según la tradición el cáliz que trajeron aquí es el mismo que estaban utilizando los Papas y ellos decían que era el mismo que había utilizado Jesús. No tiene sentido que volviera a Jerusalén. Según la tradición, sale de Roma y es enviado a España por San Lorenzo, que intenta salvarlo porque hay una persecución económica en el siglo III. Los emperadores necesitaban entonces dinero y hacen una ‘desamortización’ para quedarse con los bienes de la Iglesia. Este cáliz no lo cogieron porque lo tenía el que era diácono del papa, San Lorenzo. Está claro que tiene su lógica interna y acorde con lo que sabemos de geografía e historia.
Ese cáliz llega a España y se considera que es el de la Última Cena porque allí donde se encuentra (en los Pirineos) se originan las historias que dicen que está allí oculto el auténtico cáliz de la Última Cena. En torno a sí crea la idea de que es el auténtico y como tal se recoge en pinturas del Pirineo ya en el siglo XI. Hay imágenes de la Virgen con el cáliz en la mano, una iconografía que no está en ningún otro lugar del mundo. Esto indica había una creencia.
Además, se encuentran las narraciones de los peregrinos del Camino de Santiago. Allí donde ha estado, nuestro cáliz ha originado la idea de que era el original. Encaja, además, con la liturgia romana. ¿Por qué ha de ser cierto lo que decían unos musulmanes en el siglo XI y no la propia Iglesia?
– Para saber algo más de nuestra más preciada reliquia y de lo que se ha estudiado sobre ella, ¿dónde podemos consultar?
– En la web del Centro Español de Sindonología vamos a lanzar un documental en varios idiomas contando la historia del Santo Cáliz. Además, en el Centro tenemos mucha documentación. Incluso, el Viernes Santo, 18 de abril, de 10 a 14 horas y de 16 a 20:30, tendremos la jornada de puertas abiertas y pasaremos documentales sobre las reliquias. Además, tenemos también una reproducción exacta a escala real de la Sábana Santa.

Centro Español de Sindonología C/ Barcelonina, 3 – Valencia www.linteum.com