Es indudable el interés existente sobre las normas morales que deben regir la utilización de las vacunas contra la Covid-19, debido ello especialmente a que en algunas se han utilizado para su fabricación células procedentes de abortos provocados.
Con fecha 21 de diciembre, la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha emitido una nota, aprobada por el Papa Francisco para su publicación, ‘Sobre la moralidad del uso de algunas vacunas contra la Covid-19’. Nos parece un documento especialmente clarificador sobre el uso moral de estas vacunas. Sin ánimo de resumir el documento, por otra parte no muy extenso, nos parece útil destacar cinco aspectos concretos del mismo:

  1. Las vacunas en cuya producción se hayan usado líneas celulares procedentes de abortos provocados, se pueden moralmente utilizar cuando no estén disponibles otras vacunas Covid-19 éticamente irreprochables.
  2. El deber moral de evitar una cooperación pasiva al mal, no es vinculante si existe un peligro grave de propagación de un agente patógeno como es el virus SARSCoV-2, que causa la Covid-19. Por consiguiente, pueden utilizarse todas las vacunas reconocidas como clínicamente seguras y eficaces, con conciencia cierta de que el uso de las vacunas en las que se han utilizado para su fabricación células de abortos pasados no significa una cooperación formal con el aborto del que se obtuvieron las células con las que las vacunas han sido producidas. Sin embargo, se debe subrayar que el uso moralmente lícito de este tipo de vacunas no puede constituir una legitimación, ni siquiera indirecta, de la práctica del aborto, y presupone la oposición a esta práctica por parte de quienes recurren a estas vacunas.
  3. El uso lícito de estas vacunas no implica, ni debe implicar en modo alguno, la aprobación moral del uso de líneas celulares procedentes de fetos abortados para cualquier otro fin.
  4. La vacunación no es, por regla general, una obligación moral, por lo que debe ser voluntaria, aunque la moralidad de la vacunación depende no solo del deber de proteger la propia salud, sino también del deber de perseguir el bien común, por lo que puede ser recomendable la vacunación de todas las personas, especialmente para proteger a los más débiles y a los más expuestos.
  5. Los gobiernos, las organizaciones internacionales y las empresas farmacéuticas deben garantizar que las vacunas eficaces y seguras desde el punto de vista sanitario y éticamente aceptables sean accesibles a los países más pobres, sin un coste excesivo para ellos.

Esta nota confirma lo ya publicado por nuestro Observatorio de Bioética de la UCV en relación con la moralidad del uso de las vacunas contra la infección por el SARS-CoV-2.
Resumiendo, a nuestro juicio, lo fundamental de esta nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe es lo referente al uso de las vacunas en las que para su fabricación se han utilizado células procedentes de fetos abortados, como es el caso de la de Oxford-AstraZeneca. Estas pueden ser utilizadas sin riesgo moral, siempre y cuando no existan otras que no hayan utilizado este tipo de células. Pero como en este momento las dos vacunas autorizadas por la FDA y la Agencia Europea del Medicamento, para empezar a usarse en algunos países, son las de Pfizer y Moderna, que son vacunas mARN, son éstas las que moral