El arzobispo de Valencia, en la procesión de entrada de la misa celebrada en la seo valentina. (FOTO: A.SÁIZ)
Como establece el Ceremonial de los obispos, en la misa de inicio del Sínodo diocesano, la vestidura litúrgica es de color rojo. En el presbiterio, en un lugar principal, había sido colocado un expositor de plata en el que se situó el libro de los Evangelios, como también determina el Ceremonial. A partir de ahora en todas y cada una de las sesiones del Sínodo deberá estar en lugar principal el Evangelio abierto.
Y es que, como destacaba el arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, a modo de intención principal pero también de intención para toda la Iglesia en Valencia, lo más importante es que “en este Sínodo vayamos a lo sustancial, a Dios y a su hijo Jesucristo, y nos olvidemos de lo secundario y estructural”
Después de la lectura del decreto de convocación del Sínodo (que reproducimos integro en pág.4) por el canciller secretario y portavoz de la Comisión Central del Sínodo, José Francisco Castelló, continuó la liturgia en y la proclamación de las lecturas y el salmo (“Señor, tú tienes palabras de vida eterna”), para llegar al Evangelio, según san Marcos, el pasaje que narra cuando Jesús desembarca de con sus discípulos y vio una multitud y se compadeció de ella “porque andaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas”.
En su homilía (que reproducimos también integramente en las páginas 2 y 3), el cardenal Antonio Cañizares, realizaba un diagnóstico de la situación a la que tiene que hacer frente la Iglesia en Valencia y definía la urgencia de una nueva cultura evangelizadora “con libertad, testigos de la fe y el Evangelio en la vida pública, en todas las esferas de la vida personal y social”, según expresó en su homilía.
El Cardenal dirigió esta reflexión: “¿se adueña tal vez de nosotros, pastores, el cansancio y tal vez nos falte incluso empuje evangelizador? ¿podemos estar como espectadores pasivos sin reaccionar? ¿Nos da lo mismo que sea así?. Por eso comenzamos el Sínodo diocesano, porque necesitamos con la fuerza del Espíritu Santo, una renovación interior que nos de fuerzas”.
Por último, el Arzobispo de Valencia pidió la protección de los patronos valencianos. “Este Sínodo que comenzamos el auxilio y la ayuda de los santos valencianos, mártires y confesores que son muchos, por ejemplo, san Vicente Mártir, san Vicente Ferrer, santo Tomás de Villanueva, San Juan de Ribera, el Padre Jofré, santa Teresa de Jesús Jornet, …. y, de manera muy principal, la intercesión y la ayuda en la que tanto confiamos de nuestra Santísima Mare dels Desamparats, en sus manos ponemos nuestro como en Caná, la Eucaristía de apertura del Sínodo: “Haced lo que Él, mi Hijo, os diga”. Y todo saldrá bien y brotará la alegría de la presencia de Jesús entre nosotros para comunicarla y dar fe de ella”.
Detalles de una misa para la historia
● El librito para seguir la celebración eucarística ilustraba su portada con una muy oportuna que imagen que reproducimos arriba: ‘Santos valencianos regando el árbol de la Iglesia de Valencia’, obra del pintor valenciano neoclásico Vicente López Portaña (1772-1850), que se encuentra en la Catedral de Valencia. Autor también del más célebre retrato del pintor Francisco de Goya que se puede admirar en el Museo del Prado, López Portaña representa en este cuadro a San Juan de Ribera, San Luis Bertrán, San Vicente Mártir y San Vicente Ferrer.
● Precedida por un gran volteo a mano de las campanas del Micalet, como en las grandes ocasiones, comenzaba la solemne eucaristía del inicio del Sínodo diocesano convocado por el cardenal arzobispo Antonio Cañizares, que cumplía 74 años ese día.
● Los bancos de la Seo aparecían llenos de sacerdotes concelebrantes en los laterales del altar. En la nave principal fieles laicos, religiosas y religiosos, vírgenes consagradas. Los primeros bancos estaban ocupados por las autoridades, Joan Calabuig, delegado del Consell para Relaciones Externas, los rectores de la UCV y de la UCH- CEU, José Manuel Pagán y Vicente Navarro de Luján, respectivamente, el director de Cáritas Diocesana, Ignacio Grande, y responsables de entidades educativas y sociales y también de las fuerzas Armadas y de Seguridad del Estado.
● El coro del Seminario Metropolitano reforzado por el coro interparroquial del Rincón de Ademuz -ambos felicitados por el Cardenal antes de la bendición- pusieron brillantemente sus voces cantadas y dirigidas por Aquilino Martínez, el prefecto de Música sacra de la Catedral, a los distintos momentos de la liturgia. El ‘Christu vincit, Christus regnat, Christus imperat’ acompañó la procesión de entrada. Concluyó la misa con el Himno de la Coronación de la Virgen de los Desamparados.
● Además de los obispos auxiliares, monseñores Esteban Escudero, Javier Salinas, y Arturo Ros, concelebraron también otros dos obispos valencianos: monseñor Manuel Ureña, arzobispo emérito de Zaragoza, y monseñor Joan Piris, obispo emérito de Lleida.
● En un lugar principal el presbiterio, una novedad, un expositor de plata para entronizar la Palabra de Dios, tras su proclamación.
● La misa fue transmitida en directo por La8TV para Valencia y por la propia Catedral en su web en streaming.