B.N. | 23.01.2020

Si es de los que les gusta la buena música católica o se declara fan del grupo ‘Brotes de olivo’ no ha de dejar pasar estas dos fechas: el 16 y el 17 de mayo. A mediados del mes dedicado a María, este grupo onubense, formado por trece hermanos, se subirá a las tablas del escenario del Auditorio Municipal de Riba-Roja del Túria. Será una buena ocasión para ver en directo al grupo que a lo largo de 48 años lleva el mensaje del Evangelio a múltiples lugares a través de la música. El sábado 16 la actuación será a las siete de la tarde mientras que el domingo 17 será a las once de la mañana.

El recital, en el que colabora el Ayuntamiento de Riba-Roja del Túria, contará con la participación de la Unió Musical de Aielo de Malferit, así como del coro de niños de la parroquia de la localidad, San Pedro Apóstol y alumnos del colegio Asunción de Nuestra Señora de Riba-Roja.

Se trata de un concierto sinfónico en el que la unión de ‘Brotes de olivo’ con la banda de música y los dos coros harán que la música con palabra llegue al corazón.

El concierto solidario a beneficio de Manos Unidas tendrá un coste por entrada de 15 euros. Éstas, se podrán adquirir, próximamente, en la propia sede de Manos Unidas en Valencia o a través de un correo electrónico que se habilitará en las próximas semanas. Toda la información sobre el concierto sinfónico puede seguirse a través del perfil de Facebook ‘Brotes sinfónico’.

Brotes de Olivo
La historia del conjunto musical es la historia de una familia, la de Vicente y Rosi y sus trece hijos: Ali, Juan, Marisol, Judith, Emilio, Jesús, Francisco Javier, Rosa Ester, Pablo, Vicente, Amor, Daniel y Miriam.

Se trata de una de las formaciones más veteranas de la música religiosa no litúrgica en España. Comenzaron su itinerario en 1971 cuando Vicente Morales “descubrió” que a su hija mayor le gustaba cantar. Enseguida se sumaron los 13 hijos del matrimonio de Vicente y Rosi, y durante casi 49 años esta familia ha anunciado el Evangelio a través de la música.

Son más de cuarenta años “de camino y de canción, encuentros, convivencias, vida en comunidad, siguen delatando lo mucho que siente y espera el hombre total de toda la tierra; lo mucho que tenemos que convertirnos los cristianos cada día para reafirmar nuestra vocación de ser alimento; lo mucho que aún queda por transformar hábitos de vida y pensamiento; por acrecentar hábitos del corazón sea cual sea el lugar donde vivamos”, aseguran.

“Al cabo de los años -explican-, a pesar de que a los conciertos salimos un mínimo de hermanos, hemos constatado con gozo, y liberados de la responsabilidad de la historia, que el Mensaje está siempre por encima del mensajero. Y que por su enorme riqueza nos mantiene en búsqueda tras del rastro de Dios”.

Su estilo musical busca ser cercano y su repertorio es muy variado: “Hay cantos que enseguida alegran el corazón, mientras que otros necesitan un ratito de oración para comprenderlo”, explican.