Francisco Gil. Canónigo de la Catedral de Valencia | 12-09-2013
El sábado dia tres de agosto fue la ‘baixà’ de la Mare de Deu desde la ermita a la Parroquia. Una procesión intima y devota. Recuerdo que cuando yo era joven había un toque especial aquellos días y la gente decía “es que la Mare de Déu, está en la Iglesia” y siempre acudía maás gente que de ordinario a misa y al mes de María. El domingo 4, la gran fiesta, la nutrida procesión y las calderas, costumbre que siempre conservó el pueblo. En su origen para los necesitados, ahora participan todos festivamente.
El 15, la Mare de Déu d’Agost, Rosario de la Aurora con la Virgen y, finalmente, el pasado domingo 25, la ‘pujada’ de la Patrona a su ermita. A las siete de la tarde solemne concelebración, eucarística, concelebrada por Miguel Carot Conde, canónigo de Segorbe y el predicador Luis Gasco y Francisco Gil, canónigo de la Seo. El sermón fue una homilía actual sobre els “desanparats” de la Mare de Déu hoy en día. La Coral de Algar interpretó juntamente con el pueblo el canto litúrgico con mucho acierto.
Y seguidamente la última procesión acompañando a la Virgen a su Casa, la ermita. De la que este año celebramos el tercer centenario de su construcción, cuando pasada la guerra de Sucesión, gozando de años de paz, el pueblo a una levantó la ermita par su Patrona. En tiempos no fáciles ya que la economía aun se resentía por la reciente expulsión de los mudéjares que afectó a toda la población, siendo los repobladores los que llevaron a cabo esta empresa..
Se hizo gran fiesta asistiendo la Comunidad Mercedaria del desaparecido convento de Arguines. Así consta en un documento del archivo parroquial del que el rector José de Paz – de buena memora- colocó una réplica cerámica sobre la entrada- al santuario.
Todas estas emociones pueden ser, como una preparación. A una posible coronación de la imagen de la Patrona si se diesen los postulados pastorales que nuestra época requiere.