Los peregrinos, junto a otros feligreses de la parroquia que acudieron en coche, tras la misa en la capilla del Santo Cáliz.

❐ REDACCIÓN | 25.11.2021
Un grupo de 25 feligreses de la parroquia Santa Catalina Mártir de Vilamarxant peregrinó a pie 34 km desde la parroquia hasta la capilla del Santo Cáliz, en la catedral de Valencia, por el parque del río Turia. Los peregrinos se reunieron de madrugada en la parroquia para recibir la bendición de su párroco, Francisco Ferrer Tapia, y ante una réplica del Santo Cáliz que posee la parroquia. Eran las 3 de la mañana para así recorrer el largo camino, “en el que la noche, el frío y la distancia tan larga no fue problema para ellos, ya que la fe les daba la fuerza”, según destacan desde la parroquia.

Todos los participantes tenían claro que esta vez era una actividad religiosa y no una actividad deportiva o de caminantes, por ello muchos de los peregrinos iban rezando el rosario y otros se aislaban del grupo porque querían rezar solos.

Una de las peregrinas, Mariam Villalba, compara el camino con el camino de la fe que cada uno hacemos a lo largo de nuestra vida: “No fue un camino fácil, ni recto, hay curvas y cuestas, pero en este camino siempre estas acompañado, nunca lo realizas sólo, todos los baches que tienes Dios te acompaña y está contigo, en ocasiones los dos solos y en otras poniendo en tu camino personas maravillosas que te ayudan a descubrir el proyecto que Dios tiene para ti”.

Llegada gratificante
En ocasiones los peregrinos iban más rápidos, otras necesitaban descansar, pero el final del camino fue muy gratificante para todos porque acabaron participando de la eucaristía en la capilla del Santo Cáliz, “la unión con Cristo a través de la comunión, la capilla del Santo Cáliz, una reliquia que es la huella del paso de Jesús en la tierra”, aseguran.
Al llegar a la Catedral les esperaba otro grupo de feligreses que por diferentes motivos no pudieron realizar la peregrinación andando, pero sí acudieron por otros medios y así asistir todos juntos y unidos a la eucaristía.

La peregrinación posterior al Año Jubilar ha sido porque decidieron esperar a que la situación de la pandemia mejorase y no querían esperar 5 años a poder realizar este camino, y aunque la indulgencia plenaria no pudieron ganarla pero “todos ganaron el alimento de la fe en la oración con Dios durante la peregrinación llegando ante la sagrada reliquia del Santo Cáliz de la Última Cena del Señor y uniéndose a Jesucristo en la comunión”, destacan los participantes.