Redacción | 17-04-2013
“Una labor de muchos”
Luis Espí reconoció que se sentía “nervioso” y agradeció al alcalde y a toda la corporación municipal el voto unánime por este reconocimiento, del que dijo no sentirse merecedor. “Una persona sola es muy poca cosa. Cuando se hacen cosas que valen la pena, se hacen entre mucha gente”, señaló. Por eso, el sacerdote, natural de Agullent, aceptó el homenaje “en nombre de todos aquellos que desde distintos grupos han trabajado en este barrio por las necesidades de la gente”. En su intervención, Espí recordó momentos en la historia del barrio y también algunas experiencias personales. “¡Cómo han cambiado las cosas!”, manifestó. “Y por todo ello hemos de dar las gracias a todos aquellos que se han esforzado para que esos cambios se hicieran realidad”, añadió.
Luis Espí, que explicó que sus sensaciones eran las mismas que cuando se despidió de la parroquia hace año y medio, incidió en su voluntad de “servir a la comunidad cristiana, pero también a todo el mundo”, una disposición de servicio personal “que ahora sigue siendo la misma de siempre”. Finalizó su intervención animando a todos los vecinos a implicarse en los actos del 50 aniversario de la parroquia y de las fiestas del barrio. “Hagamos fiesta, hagamos barrio y hagamos parroquia, porque también estaremos haciendo Ontinyent”, concluyó.
Romper moldes
El acto comenzó con una intervención de Juan Gil, amigo de Espí, quien recordó que ya le había sido concedido el título de Hijo Adoptivo de la población en 1998. “Luis, has sido una persona que ha roto moldes desde que llegaste a Ontinyent hace cincuenta años”, destacó. Y manifestó con emoción que “cuando las generaciones futuras te recuerden, nosotros no estaremos, pero aquí y ahora nos sentimos orgullosos de ti”.
Por su parte, el alcalde de la ciudad, Jorge Rodríguez, destacó que Luis Espí ha sido una figura trascendental en la historia del barrio de San Rafael, “uno de los más grandes ontinyentins en la historia del pueblo”.
El alcalde destacó la “coherencia de su postura evangélica” e incidió en que “hablar de Lluis Espí es hablar de San Rafael, la historia del barrio está ligada a él, que con su bondad y esfuerzo ha ayudado a llenar la vida de muchos de los presentes y de los que ya no lo están”. Y dirigiéndose al sacerdote exclamó: “Amigo Luis, en nombre de toda la corporación, de todo el barrio y de todo Ontinyent, muchas gracias”.