CARLOS ALBIACH | 5-10-2017
El arzobispo de Valencia presidió la misa de acción de gracias el pasado domingo 1 de octubre. (FOTO: M.JESÚS FERNÁNDEZ)En los años 40 del siglo XX la ciudad de Valencia empieza a notar el fenómeno de la inmigración, y por tanto el aumento de población y el crecimiento de la ciudad en lo que se bautizó como el Ensanche. Por este motivo la Iglesia tuvo que dar una respuesta pastoral y social. Ahí se vio la necesidad de levantar nuevas parroquias para poder atender a la feligresía. En julio de 1941 el entonces arzobispo de Valencia, mons. Prudencio Melo, erigió varias parroquias en la ciudad. Una de ellas es la del Santo Ángel Custodio, situada en la esquina de la calle Salamanca con Reina Doña Germana.
Esta parroquia no se abriría hasta el 15 de agosto de 1942, cuando se bendijo un pequeño bajo situado en misma calle Salamanca, donde hoy se levanta el templo. Un bajo muy modesto y, que como se recoge en las crónicas de la parroquia, los feligreses se llevaban las sillas de casa y el sacerdote para celebrar la eucaristía solo disponía de una casulla roja y una estola reversible blanca y morada. Aún así, tenía la ayuda de la cercana S. Juan y S. Vicente.
Poco a poco ese templo se iba quedando pequeño y en 1944 lo ampliaron con el local de al lado. Sin embargo, la feligresía deseaba poder tener un templo parroquial más grande. De esta forma, el 30 de julio de 1944 se colocó la primera piedra en un solar cercano al bajo. El nuevo templo se bendeciría el 14 de julio de 1946 por el entonces arzobispo de Valencia, mons. Marcelino Olaechea, que había tomado posesión de la diócesis un mes antes. Por tanto, se trata del primer templo que bendijo en Valencia. Un acontecimiento, que como recoge el cronista, se vivió con mucha alegría por parte de la feligresía. El nuevo templo se culminaría en 1981 con la construcción del campanario.
Desde sus orígenes la parroquia ha realizado una importante labor social. De hecho, abrió un comedor para personas necesitadas, atendió a los que vivían en las chabolas del río y abrió una escuela para los hijos de los que trabajaban en las porterías. Gran parte de esta ayuda se financiaba a través de las obras de teatro que los propios feligreses hacían. También brindó una importante labora en la riada de 1957, al encontrarse a orillas del río.
Actualmente la realidad del barrio y sus condiciones sociales y religiosas han cambiado, y como señala el párroco, Miguel Díaz, “sufre una situación de envejecimiento progresivo”. Aún así, la vida de la parroquia es bastante activa y cuenta con varios grupos como el de Cáritas, Vida Ascendente, Juniors, equipo de liturgia, corro parroquial, grupo de jóvenes, así como catequesis preparatoria para la comunión y la confirmación. Además también hay un grupo que representa los milagros de San Vicente Ferrer en el altar que se coloca frente a la parroquia.
Díaz también destaca que la parroquia “continúa presente y comprometida con todas las necesidades de sus feligreses”. Así, en sus locales hay sesiones de gimnasia, de corte y confección y se da formación para las personas que tienen que atender a personas mayores o con dependencia. Para el párroco lo más destacable “es el trabajo constante, silencioso y serio del cultivo de la fe de los feligreses a través de los grupos parroquiales y del culto”.
Bajo el Ángel Custodio
La parroquia tiene como titular al Santo Ángel Custodio de la ciudad, considerado protector de Valencia y que incluso en épocas pasadas fue su patrón principal. De hecho, en la iconografía que se encuentra en el templo no se le representa sobre las nubes sino sobre las murallas de la ciudad, de las que sobresalen las torres de Quart y de Serranos. Además, el Ángel lleva en su mano el escudo de la ciudad. Asimismo, las pinturas laterales del presbiterio representan momentos de la historia de Valencia en la que los fieles cristianos han experimentado su guardia y custodi. Además, en el frontis del altar hay un pergamino que dice “Aquest es lo sant Àngel Custodi de la ciutat”.
Actos 75 aniversario
Este año la parroquia está viviendo un año especial con la celebración del 75 aniversario. El pasado domingo el templo acogió una misa de acción de gracias presidida por el arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares. Los tres días previos, además, tuvieron un triduo preparatorio. También ha habido charlas sobre la encicilia Laudato Si’, conciertos y un concurso de dibujo.
En los próximos meses está previsto que se celebre un concierto de órgano, unas jornadas de pastoral juvenil para los jóvenes de la parroquia y la visita de la imagen procesional de la Virgen de los Desamparados del 10 al 12 de noviembre. Un año que el párroco desea que “esté lleno de abundantes frutos pastorales”.