Los invitados pudieron dejar mensajes en las tarjetas de Navidad. (Fotos: Alberto Sáiz)
Eva Alcayde | 04-01-2017
Un año más -y ya van cuatro- la parroquia San Miguel y san Sebastián, de Valencia, ha convertido su templo en un gran salón para celebrar la Navidad con transeúntes y personas sin hogar, con los que menos tienen y los que más necesitan.
Allí un centenar de feligreses de la parroquia se ofrecieron como voluntarios para preparar y servir la cena del día de Navidad a unos 300 comensales, que recibieron su invitación y una cálida acogida.
Se distribuyeron en diferentes funciones la organización de la cena. Algunos se encargaron de preparar el menú y otros de servirlo. Un grupo de voluntarios se ocuparon de la recepción de los invitados, facilitándoles el aseo personal, la atención del guardarropa, e incluso, el cuidado de perros, ya que algunos comensales acudieron acompañados por sus mascotas.
Otros voluntarios retiraron todos los bancos del templo, instalaron 27 mesas y las vistieron de Navidad, como en la mejor de las casas, con manteles rojos y festivos centros de mesa, con vela incluida.
En cada una de las mesas un voluntario ejercía como ‘anfitrión’, preocupándose de escuchar y dar conversación y de que cada uno de los comensales de su mesa se sintiera cómodo… como en casa.
Una vez que todos los comensales fueron acomodados, se procedió a servir la cena, con un menú similar al de años anteriores: sopa cubierta de primer plato, pollo asado con guarnición, de segundo, y de postre, turrones y dulces típicos de Navidad.
Mientras los invitados degustaban el menú, otro grupo de voluntarios amenizaban la velada con música y cantos de villancicos.
Cena, como en Roma
La iniciativa, que está organizada en colaboración con la asociación ‘Amigos de la calle’, surgió a raíz de la comida de Navidad para personas sin hogar que todos los años organiza la comunidad de San Egidio en la basílica de Santa María in Trastevere, de Roma.
La cena en la parroquia de San Miguel y san Sebastián ha sido organizada por la parroquia y la Cáritas parroquial con la colaboración de Cáritas Diocesana de Valencia, las religiosas Madres de Desamparados y san José de la Montaña y la cooperativa Consum.
El párroco, Juan Andrés Talens, también ha destacado que este año se ha contado con la colaboración de la pizzería ‘Marcelino pizza y vino’, cercana al templo, que “ha puesto su horno a disposición de la parroquia para que los platos se sirvan calientes”.
Además, este año cada asistente ha podido dejar escrito un mensaje en las tarjetas que había encima de las mesas y “len su mayoría han sido palabras de agradecimiento hacia los voluntarios y la parroquia”.