Visita a la Capilla de la Inmaculada Concepción, situada a la izquierda del altar mayor de la Seo. FOTO: A.SÁIZ

❐ L.A./E.A. | 16.12.21
El 8 de diciembre de 1854, el papa Pío IX firmó la Bula ‘Inefabilis Deus’, en la que fijaba el dogma que afirma que María, “fue preservada de toda mancha de culpa original”. Sin embargo, desde 600 años antes, al poco de ser reconquistada para el cristianismo, en Valencia ya se defendía que María fue Inmaculada desde su concepción.
Un ejemplo lo tenemos en el Real Monasterio de la Purísima Concepción cuya construcción dispuso en 1239, el rey Jaime I para las religiosas de la orden de Santa Clara, las franciscanas clarisas. En 1250 ya lo habitaban estas religiosas en su emplazamiento original, en la calle Roteros y adyacentes, y luego pasarían a su ubicación actual en la calle de la Puridad.

Universidad de Valencia, la primera de España
En 1530, la Universidad de Valencia fue la primera de todas las de España en votar, prometer y jurar la defensa de que María fue Inmaculada ya en su concepción. Fue un acto de desagravio a la predicación que realizó un clérigo en la Catedral contra el concepto de Inmaculada Concepción. En aquel acto de desagravio, profesores, maestros y predicadores, alentados por el Obispo, juraron “defender la concepción Inmaculada de María Santísima”.

Aunque en nuestra historia reciente había dejado de realizarse -e incluso la dirección de la Universitat de Valencia optó por quitar de su escudo la imagen de la Virgen hace ya algo más de dos décadas- el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, recuperó el año pasado, en 2020, el voto inmaculista implicando particularmente a la comunidad universitaria, señalando que “para ser plenamente universidad, necesitamos estar dispuestos a acoger a María Inmaculada como modelo y ejemplo”.

En año pasado el acto de la promesa al voto inmaculista se celebró en la actual parroquia universitaria San José, dentro de la novena a la Inmaculada, y contó con la participación de representantes de las distintas Universidades de Valencia.

Este año, durante la fiesta de la Inmaculada que tuvo lugar el pasado miércoles el cardenal Cañizares volvió a renovar el voto inmaculista a María, al término de la misa, ante los responsables universitarios sus capellanes mayores y otros miembros vinculados a la tarea docente y pastoral.

El texto, que reproducimos, ha sido recuperado del que se utilizaba hace varias décadas en Valencia, según ha indicado a PARAULA el capellán mayor de la UCV, Vicente Ferrer.

La promesa de las universidades de Valencia a la Purísima

Antonio, Cardenal Cañizares Llovera, del título de San Pancracio, como Arzobispo de Valencia:

  1. Siguiendo la tradición española, valenciana, de la Universidad de Valencia y de otras muchas instituciones de España, “bendita tierra de María”;
  2. Teniendo presente que el Papa Pío IX proclamó el 8 de diciembre de 1854 en la bula “Ineffabilis Deus” que “(…) la santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, salvador del género humano”;
  3. Queriendo recordar y hacer presente esta doctrina “que ha sido revelada por Dios, y de consiguiente, qué debe ser creída firme y constantemente por todos los fieles”;
  4. Conociendo la profundísima devoción y veneración con que la Diócesis de Valencia celebra la Solemnidad de la Inmaculada Concepción;

El Sr. Arzobispo, invita a todos los presentes a unirse a la promesa con estas palabras.
Os invito a uniros a mí en esta promesa.
Quiero prometer y hacer voto y, junto a mí, la Diócesis y la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir” y las Universidades Públicas y Privadas, que continuaremos haciendo presente esta verdad dogmática. Su mensaje puede llenar de alegría, gozo y esperanza el corazón de los hombres de este tiempo, tan sedientos de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y de su acción salvadora que repara las consecuencias del Pecado Original en el género humano.
La Santísima Virgen María, que fue preservada de modo admirable de toda mancha, es “promesa ya cumplida y modelo realizado” de lo que Dios puede llevar a cabo por la acción de su gracia, en el hombre creado que sufre las consecuencias del pecado. Por su gran Misericordia se reparan y se lleva a su primitivo esplendor la imagen y semejanza en la que el hombre fue creado.
Que Nuestra Madre Inmaculada, “Mare de Déu dels Desamparats”, nos acoja bajo su manto de Pureza y nos ayude a presentarnos “santos e irreprochables” ante su Hijo por el amor.

A continuación, el Cardenal pregunta:
¿Prometéis conmigo esto?
a lo que todos contestan:
Sí, prometo