MARÍA JOSÉ FRAILE | 09-07-2015
La segunda quincena de julio está presidida con las fiestas de Nuestra Señora del Carmen (jueves, 16 de julio), una advocación mariana cuya devoción nació en el corazón de la Orden Carmelitana, y que ha sido extendida por todo el mundo de la mano de religiosos carmelitas y devotos.
El mundo del mar ha estado siempre muy unido a la Virgen, en su advocación de Nuestra Señora del Carmen. Para ellos es su guía, su luz, su ‘Stella maris’ (Estrella del mar). El origen de esta atribución mariana, presente en las letanías a la Virgen, nos lo recuerda el papa emérito Benedicto XVI en su encíclica ‘Spe salvi’, “con un himno del siglo VIII/IX, la Iglesia saluda a María, la Madre de Dios, como ‘Estrella del mar’”. Este himno, el ‘Ave maris Stella’ animó a san Bernardo de Claraval a componer su famoso sermón en el que destacaba de nuevo a la Virgen como Estrella del Mar: “Si surgen los vientos de la tentación, si te arrojan contra las rocas de la tribulación, mira a la estrella, llama a María; si te golpean las olas del orgullo, de la ambición, de la envidia, de la rivalidad, mira a la estrella, llama a María. En caso de que la ira, o la avaricia, o el deseo carnal asalten con violencia la frágil embarcación de tu alma, mira la estrella, llama a María”.
El día 16 de julio, la Iglesia celebra la festividad en honor de la Virgen del Carmen y tanto la Armada española como los pescadores se aclaman a su patronazgo, y le dedican solemnes cultos y pasean triunfalmente su imagen en alguna barca o nave.
El escapulario de la Virgen del Carmen
Entre las riquezas espirituales que ha aportado la Orden del Carmen a la cristiandad, junto a los ejemplos de vida de santa Teresa de Ávila, san Juan de la Cruz o santa Teresita de Lisieux, destaca la costumbre del escapulario de la Virgen del Carmen, que ya el papa Pablo VI, decía que entre las formas de piedad mariana “deben contarse expresamente el rosario y el uso devoto del escapulario del Carmen”.
El escapulario, que en su origen era la prenda superpuesta que los monjes vestían sobre el hábito durante el trabajo manual, es un signo aprobado por la Iglesia y propuesto por la Orden Carmelitana que representa el compromiso de seguir a Jesús como María, introduce en la familia del Carmelo y aumenta la esperanza en el encuentro con Dios. Además, representa un símbolo de la protección de la Madre de Dios a sus devotos y un signo de su consagración a María, explica Sebastián García, prior de los Carmelitas Descalzos en Valencia. Quienes reciben su imposición y lo visten habitualmente “logran que les sirva de medio en su perfeccionamiento en la fe de Cristo y alcanzarán con más facilidad la ayuda de la Virgen”.
Iconografía
En la imaginería religiosa encontramos imágenes de Nuestra Señora del Carmen, que o bien llevan al Niño Jesús en brazos, o bien solo portan el escapulario. Las primeras imágenes que representan a la Virgen del Carmen es sólo con un escapulario; una iconografía que cambió en el siglo XVI, cuando santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz introducen profundas reformas en el seno de la orden de carmelitana, la nueva congregación surgida de esa reforma, los Carmelitas Descalzos. Según el director del Archivo de Religiosidad Popular del Arzobispado, el sacerdote Andrés de Sales Ferri, a aquella la imagen de la Virgen con un escapulario le incorporan el Niño en los brazos, que lo sujeta con su mano izquierda, y mantiene el escapulario en la derecha.

Y ADEMÁS…EN LA EDICIÓN IMPRESA DE PARAULA – Entrevista al capitán de navío Enrique Zafra Caramé, comandante naval de Valencia: “Soy marino e hijo de marino, y la devoción por la Virgen del Carmen es algo que llevo metido hasta la médula”. – Familia Sepulcre-Sau, transmisión de la fe en la familia en Dénia. – Misas de campaña y procesiones marineras en la diócesis.