❐ CARLOS ALBIACH | 23.06.2022
Uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Valencia es la plaza del Carmen, en pleno casco histórico. Testigo de este enclave es la parroquia Santísima Cruz, del siglo XIII y una de las más antiguas de la ciudad. En ella destaca su imponente campanario de 45 metros de altura y construido en el siglo XVII. En los últimos meses esta torre apenas se ve, puesto que se está cubierto de andamios en un proceso de rehabilitación para darle el esplendor que merece y evitar los desperfectos del paso del tiempo y que obligaron a poner en 2013 unas mallas para evitar desprendimientos caídas de pequeñas piedras a la vía pública.
La rehabilitación de este campanario, que comenzó en el mes de febrero, ha dejado en los últimos meses titulares en la prensa valenciana, puesto que se encontraron proyectiles de artillería incrustados en su campanario. Bombas, que fueron desactivadas por la unidad de artificieros de la Policía Nacional, los Tedax, y que están en estudio para ver de qué época son.
No hay duda que las piedras hablan de la historia y las del campanario de la Santísima Cruz tienen mucho que decir a la vista de los acontecimientos. Además, como explica el arquitecto del proyecto, Pablo Griñena, se han encontrado también en el interior del campanario unos grafittis con diferentes letras y dibujos, “que serán estudiados para ver qué dicen y de qué época son”. Estas obras, explica, “se han hecho para consolidar el campanario y llevar a cabo una restauración integral, tanto interior como exterior, sobre todo en la parte más alta, que estaba en peores condiciones”.
El campanario está construido en piedra y tiene planta cuadrada. En el cuerpo de campanas se abre un arco de medio punto en cada uno de sus lados, que están flanqueados por pilastras estriadas de orden dórico. Sobe éste se encuentra una balaustrada con adornos de bolas y llamas. En lo más alto de la torre nos encontramos con una veleta que adopta la forma de un gran ángel de bronce y que se le conoce popularmente como ‘el angelot del Carme’.
Las obras de restauración han sido financiadas, como explica el párroco, Daniel Juan, “a través de donativo de los feligreses y de hecho se hace una colecta mensual para este fin”. También se ha solicitado una subvención pública a la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte.
Poco a poco la torre de esta parroquia, que antiguamente formaba parte del convento del Carmen, va retomando el esplendor que merece. Previsiblemente a lo largo del verano los andamios ya se retirarán y se podrá ver de nuevo. Lo que tendrá que esperar es volver a ver sus seis campanas voltear, que también tienen que ser restauradas, y que se tendrá que hacer en otra fase. Lo que sí esperan desde la parroquia es poder realizar visitas culturales al campanario.