❐ L.B. | 14.07.2022
Las Franciscanas de la Inmaculada Concepción han dejado la Casa de la Beneficencia de Muro de Alcoy tras más de 135 años al servicio de los niños, pobres, necesitados y ancianos de la localidad. La ermita de la Virgen de los Desamparados acogió la misa en la que los vecinos despidieron y rindieron homenaje a las religiosas por larga presencia y su labor pastoral.
En la eucaristía se recordó la importante labor desempeñada por las Franciscanas de la Inmaculada y se ensalzó el valor de “su entrega, callada y paciente, para suplir las necesidades que tenían los colectivos más vulnerables del pueblo”. La misa fue presidida por el párroco de San Juan Bautista, Diego Ferrándiz, y concelebrada por otros sacerdotes del arciprestazgo.

Tras la eucaristía y una comida de hermandad, se despidió a las religiosas que han sido trasladadas a otras casas de la congregación. Así, sor Josefina marchará a Zaragoza, sor Encarnación a la Alquería de la Condesa, sor Luisa a Moncada, y sor María Rosa a la India.

La marcha de las religiosas es una decisión de la congregación que lleva varios años gestándose, porque “las hermanas son mayores, no hay vocaciones, ni posibilidades de continuar esta comunidad religiosa en Muro con otras hermanas”. De hecho, ya no se encargaban de atender de manera directa la residencia de ancianos, sino que su gestión dependía de Conselleria. Sin embargo, las religiosas sí atendían el funcionamiento diario de la ermita de la Virgen de los Desamparados, tarea que ahora asumirán desde la Cofradía de la Mare de Déu.

“A los creyentes y gentes de buena voluntad nos duele la marcha de las hermanas de Muro y la pérdida de una comunidad religiosa tan arraigada en la comarca. Os llevamos en el corazón y en las oraciones. ¡Muchísimas gracias por todo!”, manifestaba el párroco.