La comunidad de Alfara del Patriarca está formada por cinco religiosas.

❐ L.B. | 08.06.2023
Las Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús y de María conmemoraron, con una eucaristía de acción de gracias, el 150 aniversario del nacimiento de su fundadora, la venerable Mª Teresa Dupouy Bordes. La celebración tuvo lugar el pasado 6 de mayo en la parroquia de San Bartolomé Apóstol, de Alfara del Patriarca, donde una comunidad de religiosa vive su espíritu eucarístico-sacerdotal y misionero.

La misa fue presidida por el párroco, Juan Huguet, y concelebrada por el carmelita y presidente de Confer Valencia, José Carlos Gimeno; el rector del Seminario Mayor, Fernando Ramón; Avelino Castells, director espiritual del Seminario Mayor; Álvaro Martínez, antiguo párroco de Alfara del Patriarca; el misionero comboniano Joaquín M. Sánchez; y Javier Grande, con quien las Misioneras compartieron unos años de misión en el Seminario Menor de Xàtiva. 

Fue precisamente este último quien, en la homilía, presentó la figura de Mª Teresa Dupouy y su plena confianza en el Señor para llevar a cabo su vocación y la nueva fundación que el Señor le confiaba, a pesar de las muchas dificultades que encontró a lo largo de su vida: la oposición de sus padres para poder realizar su vocación, su poca salud, el fundar una nueva congregación religiosa sin dejar su propia congregación, etc. Además, Grande señaló y agradeció la vida sencilla y muchas veces inadvertida para el mundo de las Hermanas Misioneras, pero que ha dejado su huella en muchos sacerdotes de la diócesis.

En la eucaristía, además de los fieles de Alfara del Patriarca, participaron otras personas que comparten con las hermanas parte de su vida   y misión.

La coral parroquial de Alfara del Patriarca también les acompaño y ayudó a vivir la liturgia. 

El regalo de un carisma para la Iglesia
“Extender el Reino del Amor hasta el extremo del Corazón de Jesús. Hacer que se le conozca, se le ame, a fin de que envíe obreros evangélicos (sacerdotes, religiosos, misioneros…) que extiendan su Reino de Amor en el mundo”. Éste es el carisma de las Misioneras cuyo fundamento bíblico-espiritual se encuentra en el texto de Jn. 1,13: “Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo”. “Fue en la Eucaristía donde Mª Teresa Dupouy descubrió este amor de Jesús “hasta el extremo” y pidió a sus Hijas, las Misioneras que hicieran de sus vidas una prolongación de la Eucaristía. Y es necesaria esta vida entregada para que surjan muchos obreros evangélicos que a su vez sean comunicadores del Amor de Dios hasta los confines del mundo y puedan hacer presente cada día a Jesús-Eucaristía. Por eso el texto de Mateo: “ La mies es mucha, los obreros pocos… Rogad al Dueño de la mies que envíe obreros” (Mt. 9,37-39) resonó de una manera especial en el corazón de Mª Teresa y en cada una de las religiosas Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús y de María”, explican las religiosas.

Con un estilo de vida sobrio y sencillo, basado en la oración y la entrega, las Misioneras del Sagrado Corazón unen la vida contemplativa y la activa: “En la oración admiramos a Jesús y en la acción lo irradiamos”, destacan. Su misión es “suscitar y acompañar con la oración y la acción las vocaciones sacerdotales y  religiosas, misioneras y laicales para que no falten testigos de Jesucristo en el mundo de hoy”.

En la actualidad son siete las Misioneras presentes en nuestra diócesis, en dos comunidades, en Alfara del Patriarca y en el Seminario Menor de Xàtiva. Esta última presencia y servicio al Seminario Menor la dejarán al finalizar este curso, después de 47 años.

Actualmente en nuestras diócesis, las Misioneras colaboran con la delegación de Misiones: en los encuentros con las delegadas y coordinando los oraciones mensuales por los misioneros y las vocaciones misioneras que se llevan a cabo en distintos conventos de clausura de la diócesis. Igualmente, acompañan a jóvenes que en verano desean vivir una experiencia misionera. “Este año son seis los jóvenes que acudirán a nuestra misión de Honduras”, comenta la hermana Consuelo García.
Además, las hermanas colaboran en su parroquia, donde visitan a personas mayores y les llevan la Comunión, apoyan a los catequistas de Primera Comunión y ayudan en la liturgia.

“También colaboramos con el secretariado diocesano de Espiritualidad, Confer-Valencia y, desde nuestra realidad y las necesidades de la Iglesia, ofrecemos nuestra ayuda en cualquier ámbito en el que se nos pueda necesitar”, añade la religiosa.
La Familia de las Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús y de María está constituida por las Hermanas y los ‘Lamis’, que son laicos que desde su propia vocación comparte con las Misioneras el carisma y la espiritualidad, de manera que lo viven en su vida ordinaria y lo transmiten en sus ambientes con gran entusiasmo y dedicación.

En la diócesis de Valencia desde 1974
Las Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús y de María llegaron a la diócesis de Valencia en 1974. Su primera comunidad estuvo al servicio del Centro Diocesano de Vocaciones y la ‘Residencia Vicente Puchol’, en la calle Trinquete de Caballeros. Este centro pasó después a la avenida Barón de Cárcer, donde permanecieron hasta 1990. 

Además, desde 1976, tienen una comunidad en el Seminario Menor de Xàtiva. Y en el Seminario Mayor de la Inmaculada, en Moncada, estuvieron desde 1980 hasta el año 2013. A lo largo de este tiempo han tenido también comunidades en Ayora y en Manises. 

La congregación de las Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús y de María había sido fundada en España a principios del siglo XX por Mª Teresa Dupouy Bordes, y erigida canónicamente el 12 de diciembre de 1930. 
La Casa Madre y General se encuentra en San Sebastián. Desde ella se extendieron por España (Pamplona, Valencia, Madrid, Zaragoza, Barcelona y Almería); Francia (Bazas, Dax), China (Hainan), Uruguay (Salto, Montevideo, Rosario y Tacuarembó); Tailandia (Chiang Mai, Phayao y Lamphun); Argentina (Puerto Esperanza, Bernardo de Iriogoyen) y Honduras (Nuevo San Juan-La Lima).