L.B. | 2-02-2012
“La fidelidad está en crisis. Vivimos una época en la que comprometerse y ser fieles a nivel simplemente humano ya es difícil, por lo que nuestro testimonio humilde y público de fidelidad a Dios y a los hermanos es hoy más urgente que nunca”. Así se expresaba la religiosa de Pureza de María Ruth Egido en la conferencia ‘Ser fiel al envío de la Iglesia’ en la que profundizó en el mensaje que Benedicto XVI dirigió a las jóvenes religiosas en el encuentro que tuvo lugar el 19 de agosto en El Escorial durante la JMJ 2011.
“Y, ¿cómo ser fiel a ese envío?”, se planteaba la religiosa, para quien la clave está en el Evangelio. “La Palabra nos da la vida por medio de un diálogo vital, de un encuentro transformante, y nuestra misión es hacer vida en nosotros la Palabra de Dios para que otros puedan leerla en nosotros”.
Recordó la hermana Ruth que el Papa exhortó a las religiosas a vivir la “radicalidad evangélica”, entendiendo por radicalidad “un movimiento interior, una vuelta a lo fundamental”.
La religiosa destacó que en la vida consagrada esto supone “ir a la raíz del amor a Jesucristo con un corazón indiviso, sin anteponer nada a ese amor”. E instó a las religiosas presentes a plantearse si realmente el Señor es el centro de su vida o qué anteponen a Él.
“Ante el relativismo y la mediocridad estamos invitadas a la radicalidad” señaló y con énfasis animó a que “nuestras vidas sean un grito: mi vida es Cristo”.
Educar en el silencio
Apoyándose en su propia experiencia, la hermana Ruth planteó que “es necesario hacer madurar en el pueblo de Dios un mayor conocimiento del papel de la Palabra de Dios”. Y reconoció el esfuerzo que se está haciendo en nuestra diócesis “con el Itinerario Diocesano de Renovación, centrado en la Palabra de Dios, por parte de parroquias, colegios y comunidades religiosas”.
Asimismo subrayó que hay que educar en el silencio porque “la Palabra sólo puede ser pronunciada y oída en el silencio, exterior e interior”.
Transmitiendo su fuerza interior, la hermana Ruth Egido se dirigió a los presentes en tono animoso: “La Iglesia nos necesita arraigados en Cristo, por eso, después de escuchar este mensaje podríamos preguntarnos: ¿Por qué no ser esos nuevos evangelizadores que la Iglesia necesita? ¿Cómo disponernos para dejarnos transformar por Cristo?”. Y concluyó alentando: “¡Respondamos en fidelidad al envío de la Iglesia!”.
La ponencia tuvo lugar dentro del ciclo de conferencia organizado por la comisión diocesana de Espiritualidad, que continuará el próximo día 29, con la conferencia de Fernando Ramón, rector del Seminario Mayor, ‘Firmes en la fe, confirmados en la vocación’.